¡Hasta luego amigos!

He querido esperar unos días antes de despedirme, momentáneamente, de la política activa.

Ya se que esperáis más o menos que diga que fue una experiencia muy bonita y gratificante y todas esas cosas, pero no.

Nunca he sido un cínico y no voy a empezar a serlo ahora. Mis, de momento, 4 años como diputado han sido un” infierno”. Entré en el parlamento en el peor momento de la historia democrática de Cantabria, en una situación límite, donde habían escondido la realidad de mi Tierra los regionalsocialistas y en donde de manera inmediata se tenían que tomar decisiones durísimas si se quería sobrevivir como región, y cuando hemos logrado estabilizar la región y sacarla de la crisis, los que nos metieron en ella vuelven al poder.

Sabiendo que algunas decisiones, que se tenían que haber tomado por el gobierno anterior y no se atrevieron por egoísmo electoral, eran absolutamente perjudiciales para los intereses de mi partido pero imprescindibles para Cantabria, no dudamos ni un segundo en ponerlas en funcionamiento aunque fueron muy dolorosas.

Yo no entré en política para eliminar empresas públicas, para subir impuestos o para reducir plantillas, pero no había mas remedio que enfrentarse al despilfarro del gobierno de Revilla, lo hicimos de forma dolorosa, pero ya en 2014 se vieron los resultados y este años 2015 creceremos de forma espectacular al 3%. Tristemente se apuntarán el éxito quienes no han tenido nada que ver y quienes nos llevaran de nuevo en 2016 y seguro en 2017 a la recesión, pero eso es lo que se ha votado y hay que acatarlo.

Y desde el primer día, el cinismo de los regionalsocialistas, que probablemente esta legislatura podríamos llamar ”regionalpodemitas” se desentendieron de su responsabilidad en el caos generado, apoyándose en los poderes fácticos descabalgados del poder, e iniciaron una campaña de manipulaciones y medias verdades que, desafortunadamente, han tenido éxito.

Para mi ha sido muy duro ver como, algun@s, que formaban parte de nuestra familia popular, abandonaban el barco cuando vieron que no iban a “recibir” lo que pedían, algun@s se dieron cuenta que nosotros no eramos como los regionalsocialistas que cuando peor estaba la situación de Cantabria colocaron a todos los que pudieron en empresas públicas y administraciones, sin importarles que, por ejemplo, no hubiese dinero para pagar tratamientos contra el cáncer pero si para colocar a afiliados y cargos públicos en puestos ficticios solo para cobrar el sueldo.

Fue decepcionante descubrir como, personas en las que confiabas sinceramente, solo estaban en el partido para preguntar al día siguiente de ganar ¿Qué hay de lo mio? Y como la respuesta fue: “no hay nada y nunca lo habrá, nosotros no somos como ellos”, la reacción fue la de atacar de forma furibunda e injustificada a quien, nuevamente, anteponía los intereses de mi Cantabria a los de mi partido.

Jamás pensé que me iban a decepcionar tantos “amig@s” en tan poco tiempo, pero eso no nos desvió de nuestro objetivo, que no era otro que sacar a Cantabria de la crisis que llevó a destruir 27.000 empleos en la última legislatura regionalsocialista.

Y eso que al principio creía en la política, pensaba, inocente de mí, que la gente entendería los sacrificios y esfuerzos por el bien común de todos, que había que ayudar a los más necesitados de verdad y que los que tenían algo entenderían que se ayudase a los que no tenían nada, pero me equivoque.

Estamos en una sociedad mayoritariamente egoísta, incapaz de empatizar de verdad con los mas necesitados. Una sociedad que antepone el “¿qué hay de lo mío”? al bien común, y en donde el resentimiento y la envidia mueven más a las personas que la solidaridad.

Personalmente he sufrido una campaña de acoso e insidias que me sorprendía al principio, luego me indignó y finalmente acepté como parte de algo que a lo largo de estos años he tenido muy claro:  no soy como los regionalsocialistas.

Yo tengo principios, tengo un bagaje profesional y personal que me avala, comparto un ideario político que esta a una distancia sideral del mercantilismo ideológico de quien nos mal gobernó y probablemente vuelva a gobernarnos esta legislatura.

Y esos principios son los que les hacían daño, como yo no era como ellos, jamas entre a su juego, algunos me recomendaban ser mas “discreto” no destapar sus corruptelas y desvergüenzas, me decían: “ten cuidado que si algún día vuelven al gobierno te tienes que exiliar que son muy sectarios”, y les respondía : “precisamente por eso hay que denunciar e investigar todas sus corruptelas, yo no he venido a la política a cortar el cupón”.

Y a fe que descubrí mucho, pero no todo, del entramado de corruptelas, chanchullos y presuntos delitos de ese régimen de corrupción generado por Revilla y sus socios y a pesar de descubrir, por ejemplo, escándalos tan impresentables como los 10 millones entregados en adjudicación directa a la empresa que hacía las campañas electorales de Revilla, nunca tuvo repercusión tamaña indecencia.

Siempre ponía como ejemplo el “famoso” caso gurtel y decía que para que los del gurtel hubieran tenido la misma cuota de negocio a nivel nacional que la empresa de referencia de Revilla en Cantabria, tenían que haber facturado 725 millones en toda España para igualar a los 10 millones entregados a dedo en Cantabria. ( por cierto los del gurtel están detenidos, en la cárcel o a espera de juicio)

Pero nadie se ha interesado por ese caso, ni fiscales anticorrupción, ni jueces ni medios de comunicación nacionales y por supuesto ningún poder fáctico regional.

Como ese me he enfrentado a otros muchos casos, siempre con la verdad por delante, sin ninguna mentira y con la responsabilidad de defender los principios de honradez, justicia e igualdad que desde crio me inculcaron.

Todo lo hecho parece que no ha tenido el efecto que debería haber tenido, la sociedad de Cantabria no ha querido valorar los hechos y solo a valorado “los gestos”, siento una profunda pena al comprobar, como decía un amigo, que “los buenos ganan a los malos solo cuando son más” y en estas elecciones los “buenos” estaban despistados en casa o con proyectos marginales que prometen la luna y que desde hoy mismo ya no prometen sino “probeten”, que es que les habíamos entendido mal.

A todos aquellos que me han decepcionado gracias, gracias por hacerlo tan pronto y que así resultase menos doloroso, pero no quiero terminar este post sin recordar lo mucho bueno que me llevo de estos 4 años.

Tengo que empezar por Nacho, él me llamó en 2011 cuando nadie sabía quien era yo y confió en mí, y en estos 4 años siempre me ha apoyado, gracias de corazón Nacho. También a mis compañeros del grupo parlamentario a los que poco conocía y he logrado forjar una buena amistad que espero se mantenga independientemente de donde estemos cada uno en el futuro. A los cargos y representantes del partido popular en todos los ayuntamientos les agradezco la oportunidad que me han dado de conocer directamente a tantas personas que, muchísimas de ellas de forma desinteresada y con un coste personal, dan la cara por el Partido Popular en nuestros municipios, y especialmente a los que estaban en la oposición esta legislatura que han tenido que sufrir las formas y maneras caciquiles de alcaldes que no tienen muy claro que es la democracia.

Y finalmente quiero agradecer de forma profundamente sincera, el cariño, la amistad y el ánimo que he recibido y recibo de todos los militantes y simpatizantes, que entendieron como yo, que a la política se viene a servir y a defender unos principios y que el interés general debe primar sobre egoísmos personales. Sin duda han sido muchos más los que han luchado y defendido nuestra actuación que los que me decepcionaron al principio, a todos ellos muchas gracias por los ánimos recibidos y espero que sigan defendiendo con la misma entereza y orgullo los principios de nuestro Partido Popular.

P.D.

No voy a cambiar, no me van a amedrentar los “regionalpodemitas” y seguiré denunciando todas y cada una de las actuaciones escandalosas que sin duda volverán a perpetrar esta legislatura por que ya conocemos el dicho “la zorra puede perder el rabo pero no las costumbres”.