Desde el acuerdo en 2015 con el psoe que le llevó a un gobierno en minoría, gracias a la muleta de Podemos, Revilla se ha dedicado a subir los impuestos a los cántabros de manera inmisericorde.
En su primer presupuesto ya subió el I.R.P.F. a todos los cántabros con esa alucinante frase de “es poco más que un café al día” lo que, traducido a euros, significa una subida de aproximadamente 420 € más al año por contribuyente.
Pero no solo decidió subir el I.R.P.F., también las tasas, las trasmisiones patrimoniales y todos los demás impuestos que son de responsabilidad autonómica. Sin duda era el peaje fácil que tenía que pagar para que la ultraizquierda de Podemos le entregara el poder.
La coletilla de la vieja izquierda y de la nueva izquierda representada por Revilla es que para cumplir con el presupuesto se debe recaudar mas, y para engañar a los ciudadanos se recubren las subidas de impuestos diciendo “es solo a los ricos” lo cual es rematadamente falso pero fácil de vender.
El problema es que en economía puedes engañar durante un tiempo, pero cuando al final tienes que cuadrar los presupuestos, son las propias cuentas las que te dejan en evidencia, y a Revilla sus cuentas siempre le han dejado en evidencia.
A pesar de subir los impuestos en 2015, Cantabria será una de las pocas comunidades que incumplirá el objetivo de déficit para 2016. ¿Cómo pude ser posible que no se cumpla las clases magistrales del “maestro del pizarrín”?
Es sencillo, los presupuestos deben de reflejar correctamente tanto los ingresos como los gastos para cuadrar el resultado y, si haces trampas, al final te van a cazar los números, y a Revilla le han vuelto a cazar.
El planteamiento de Revilla ha sido irreal, mal en el cálculo de los gastos, que se han disparado por la ineficacia de un gobierno de taifas donde cada consejería es un descontrol, ¿alguien puede imaginar a Sota pidiéndole a Sierra que reduzca sus gastos protocolarios y de publicidad para cumplir el déficit?
Y mal por parte de los ingresos, que no han crecido en la proporción que deberían, a pesar del crecimiento de la economía, por el pequeño detalle, que se le olvida a la izquierda, de que un incremento en la presión fiscal desincentiva la actividad y produce a medio plazo una reducción de las expectativas de ingresos.
¿Si subiendo los impuestos Revilla ha incrementado el déficit, cómo comportarse en este nuevo presupuesto de 2017?
Lo lógico en un gobierno fuerte y estable es dar prioridad al control del gasto antes que recaudar más, pero eso es inviable en un gobierno que sin rubor ha pagado 45 millones de euros por gestionar un puerto deportivo privado, que plantea gastar 14 millones en publicitar un evento religioso mediante una empresa privada sin control del gobierno o que piensa destinar, después de entregar más de 40 millones en los últimos años, otros 4 millones a un club deportivo privado.
¿La solución de Revilla? Volver a subir los impuestos.
Ya sé que es absurdo volver a repetir el mismo error que en el anterior presupuesto, pero os recuerdo que estamos hablando del gobierno de Revilla, que depende de los dogmas de la izquierda para sobrevivir y que con el lío montado en Sodercan con su máximo responsable, debe buscar un caramelo con el que tranquilizar a quien realmente le ha dado el gobierno, que no es otro que Podemos.
Y por eso ha decidido volver a subir los impuestos, eliminando deducciones del I.R.P.F., lo que tendrá un efecto perverso en la recaudación, pero que servirá para contentar ideológicamente a su muleta política y en absoluto servirá para cumplir con las cuentas públicas.
Eliminar la deducción del 10% de los gastos de dentista, que tienen que ser, si o si, tratados de forma privada, argumentando que “no se puede subvencionar la sanidad privada” es simplemente una indecencia moral a la altura del gobierno de Revilla y, de todo punto, injusta e inaceptable para la sociedad de Cantabria.
Eliminar la deducción del 10% de los gastos destinados a fisioterapia, cuando la atención publica tarda 6 meses en proporcionar rehabilitación a un hombro o una espalda dañados, es tratar a los cántabros como “amebas sociales”.
Ademas de faltar al respeto al ciudadano de a pie, cuando dice “solo se subirán los impuestos a los ricos”, por querer curar lo antes posible su muela o su espalda, Revilla falta al respeto a la industria sanitaria privada de Cantabria que permite, entre otras muchas cosas, no colapsar la sanidad pública con consultas, pruebas radiológicas, ingresos hospitalarios, análisis clínicos, etc…
Un gobierno sin ideas ni proyecto común, dedica sus energías a desviar la atención, a enfrentar a los ciudadanos y a polémicas estériles que no pongan en evidencia su incapacidad e incompetencia, es lo que perpetrará Revilla en el nuevo presupuesto, no mejorará los ingresos aumentará el gasto publico y nos llevará a otro año más de incumplimiento del déficit con las graves consecuencias que ello acarreará.
P.D.
El Principio de Peter dice que toda persona es ascendida hasta su nivel de incompetencia,
¡Enhorabuena Revilla!, has refutado el Principio de Peter.