Ni condenan a la infanta, ni Iñaki va a la cárcel. Ni viene papa, ni cenamos… La vida se nos pone de costado. Que Blesa y Rato sean ya chorizos oficiales no compensa. La justicia solo nos da disgustos. Todos aquí esperando para merendarnos al rey con lo del Noos y nos han dejado compuestos sin carnicería. La república tendrá que esperar, que han decretado dieta de monarquía. Eso o que los defensores de otro régimen ganen la elecciones con suficiencia como para cambiar la Constitución. La democracia tiene sus cauces, sin necesidad de que se los regateen los jueces. Ni siquiera con sentencias que se acomoden a la casquería popular. Hay veces que las cosas son lo que tienen que ser incluso aunque no gusten. Y esto con la Justicia pasa mucho.
Así que nada. La infanta ha sido absuelta y a su marido delincuente (que viene de quien delinque y es condenado por ello) le espera la cárcel después de recurso. O no, que todo es posible. Tantos ejemplos hay de entrar por menos años como de no hacerlo por más. Las sentencias se basan en leyes en papel y en interpretaciones humanas. También en otras sentencias. Si Urdangarín no entra en el trullo por algo será. Pongámonos en lo justo, que no es ni lo malo ni lo peor. Por cierto, que juzgaban a la hermana del rey, no al rey ni a la Corona. Que aquí somos muy de confundir mezclando. El Pisuerga siempre pasa por Valladolid, sobre todo para hacer daño.