Esta semana hemos conocido el cierre de un restaurante “emblemático” del regionalismo, el “Tonino”, propiedad de quien fuera un alto cargo del PRC, que nació en tiempos del gobierno regionalsocialista presidido por Revilla, creció bajo el amparo protector del dinero público gastado en comidas por Revilla, y que tuvo su punto álgido de repercusión mediática con la rueda de prensa de Zapatero y Revilla en la precampaña electoral de 2008 donde Revilla hablaba de: ”la autovía dos mares, la licitación de tramos del AVE a Madrid, de la Ronda a la Bahía, del AVE a Bilbao,…” y Zapatero solo acertó a preguntar si en la comida del Tonino había anchoas.
Como habéis podido deducir, este “emporio gastronómico” nació, creció y murió con el gobierno presidido por Revilla.
No ha sido capaz de sobrevivir a Navidades sin comidas de consejerías regionalistas completas, y me refiero a las cenas de Navidad de los funcionarios, o a las jubilaciones de funcionarios, etc pagadas con los impuestos de todos los cántabros.
No ha sido capaz de sobrevivir sin las reuniones de “grandes empresarios”. Estos empresarios, en los tiempos de “Vino y Rosas” del regionalismo, podían saber si Revilla estaba comiendo en el Tonino simplemente si respiraban y olían el aroma “del tabaco cubano” del reservado del restaurante.
No ha sido capaz de sobrevivir al hecho de que, cuando gobernaba Revilla, hasta los domingos se acercaban prohombres del regionalismo a comer “al mejor restaurante de Cantabria” como lo anunciaba Revilla en la tele, pero que desde que no gobiernan los regionalistas no se les ha vuelto a ver, ¿Será que ahora tendrían que pagar ellos la factura?…
El Tonino es sin duda el símbolo del ocaso del regionalismo, solo hay una cosa que amalgama y da sentido al regionalismo o, por definirlo de manera más exacta, al “revillismo”: EL PODER.
Cuándo los regionalistas están en el poder son capaces de crear “economías de escala”, crean restaurantes a los que ir siempre a comer, crean agencias de publicidad con las que contratar todo lo que hace el gobierno y crean empresas públicas en las que colocar a todos los cargos simpatizantes, hijos, sobrinos y amigos de partida de tute que puedan, recibiendo así el apoyo incondicional de todos aquellos que saben que, en el momento que pierdan el poder, se les acaba el momio.
Ejemplo claro es este restaurante, mientras en Cantabria surgen nuevos negocios de restauración y los clásicos se adaptan a la situación económica actual, han cerrado en menos de un año dos símbolos del Revillismo, La Sixtina y El Tonino los dos restaurantes a los que más acudía Revilla a comer.
No es algo casual que tras el cierre de esos dos restaurantes hayan abierto en el mismo sitio otros dos de características “más económicas” con precios más asequibles y, como en el caso del Tonino, el relevo lo toma un profesional de reconocido prestigio de verdad en la restauración de Cantabria.
Con la desaparición del Tonino y la apertura de otro restaurante en el mismo local se cierra una etapa negra de la gestión pública del dinero, se cierra la etapa de Revilla en la que jamás importó quien “pagaba la cuenta” aunque fuesen cantidades que te hacían sangrar los ojos.
Se cierra una etapa en la que todos ganaban: unos ganaban colesterol, otros contratos públicos, otros influencia, unos pocos como Zapatero anchoas, y el último… mantener abierto un restaurante con el dinero de todos los cántabros que contribuíamos a los despilfarros autocomplacientes del regionalismo y, que se ha demostrado imposible de sostener cuando ha tenido que competir en igualdad de condiciones con los demás.
Como en la fábula del “Alacrán y la rana” que nadie dude de que esas costumbres volverán si vuelven al poder los regionalistas, ya hablaremos en otro momento de la “OPA hostil” de la UTE regionalsocialista en Torrelavega…
Cuando la gente entienda que ser cargo regionalista no significa comer de “gañote” todos los días o tener a un sobrino trabajando en Cantur, entonces podremos pensar que el “revillismo” es algo más que el ansia de poder para favorecer a los amigos.
P.D
En la última legislatura presidida por Miguel Ángel Revilla, el gobierno regional se gastó en comidas y dietas del Presidente, Consejeros y Directores Generales más de 3.600.000€, lo que significan más de 2.500€ ¡AL DÍA!… Todos los días de su legislatura incluidos domingos y festivos, sacad vuestras propias conclusiones.