¡La Nueba Demokrazia!
Asombrado, anonadado, atónito, ojiplático, sorprendido, desconcertado, aturdido e indignado, así me sentí después de escuchar la rueda de prensa de María José Sáenz de Buruaga en la que reconocía que la votación de los afiliados del PP a la Presidencia del partido la había ganado Nacho Diego pero le pedía que se retirase ¡Por el bien del partido!
Hago mías las palabras de Santi Recio cuando dijo: “Es la primera vez que veo que el que pierde le pide al ganador que se retire”, y es que todavía no salgo de mi asombro ante tanto “descaro democrático”.
Quien se presentaba como la candidata de las bases y de los militantes sufrió una derrota en las urnas contundente, en las que a Nacho le votaron un 11% mas de afiliados que a Buruaga, 1.568 votos de Nacho por 1.414 de Buruaga y con más del 52 % de los votos totales.
Ante lo rotundo de su derrota, a Buruaga se le acabó el discurso de las bases e inmediatamente cambió al discurso de las “élites” y del aparato que controla desde hace 13 años y que tantas irregularidades ha cometido en estas elecciones.
Ahora dice que lo importante son “los estatutos” que la primera votación era para ver quien se presentaba y que la “ votación feten” es la de los compromisarios, sobre todo los de Santander que parece que están mas “ilustrados” que los de la provincia, Castañeda «Dixit».
Yo creía que en Democracia el que obtenía la ¡MAYORÍA ABSOLUTA! De los votos era el que ganaba hasta que he descubierto la “Nueba Demokrazia” que nos quiere traer Buruaga.
En este nuevo régimen no es necesario ganar, no importa que los afiliados te dejen en evidencia en unas elecciones, no pasa nada por presumir de ser la candidata de los afiliados y cuando obtienes un 11% menos de votos insistas en la prensa en decir que “la mayoría de los afiliados están conmigo”.
Tampoco importa que tu principal apoyo como Movellán, montara un espectáculo en la elección del nuevo alcalde de Camargo en 2015 exigiendo que él debía ser el Alcalde al ser el más votado, en esa ocasión obtuvo un 41,09% de los votos, para él suficiente razón para alcanzar el cargo, pero no le vale obtener el 52% que logró Nacho para proclamarle Presidente.
Mas curioso resulta comprobar como Ildefonso Calderón exigía a todos los que le quisieran oír, que debía ser la lista mas vota la que gobernara Torrelavega, claro que era él la lista más votada con un 24,48% de los votos, si habéis leído bien, un 24,48% de los votos que le legitimaba para ser alcalde de Torrelavega.
Lo que le parecía bien con un 24,48% de los votos para él, no le vale si obtienes el 52 % de los votos como Nacho.
¿Esto es la renovación que predican? El espectáculo que Movellán y Calderón dieron cuando no alcanzaron el poder ¿lo dieron por qué creían en lo que decían o era solo para alcanzar el poder de cualquier manera?
Ahora, estos mismos que pedían que gobernara la lista más votada, aunque no tuviera mayoría, están maniobrando de la manera más torticera para que los compromisarios salidos de esa votación cambien las reglas del juego.
Ahora ya no quieren votos de afiliados, ahora quieren lo que han querido siempre: El poder a toda costa, y si se tienen que anular compromisarios de la lista de Nacho, se anulan, y si se suman votos a la lista de Buruaga “ por defecto del Excel” se suman y si se tienen que ocultar censos a la candidatura de Nacho se ocultan, mientras Ilde, Movellán, Palomares-Arasti, Liz y otros disponen de toda la información que te proporciona controlar el aparato del partido.
Esta es la “Nueba Demokrazia” que postulan los que han perdido las elecciones, yo no puedo tragar con estas ruedas de molino indecentes yo creo, como lo cree Nacho en estas elecciones y quienes le acompañamos, en algo más sencillo, sincero, real y limpio.
Yo creo en la Democracia, la que nos permitió votar a dos candidatos y en la que los afiliados decidieron que fuera Nacho nuestro futuro Presidente, estoy seguro de que la votación de los compromisarios reafirmará el deseo de los afiliados mostrado en las urnas, puesto que si ocurre lo contrario pasaríamos de Democracia a lo que plantean Calderón, Movellán y Buruaga.
Su
¡Nueba Demokrazia!