Esa portada del Periódico Alerta del pasado Jueves 29 de enero resume perfectamente el comportamiento del “perpetuo” secretario general del prc. Afirmaba Revilla que compartía el 80 % del programa de podemos, pero por lo visto también que comparte el 100% de las formas de actuación de esa agrupación de ultraizquierda.
Para argumentar esta afirmación me remito a la demanda judicial que acaba de perder Revilla frente al periódico Alerta, pleito que presentó simplemente porque no le gustaba lo que un editorial decía de él.
Revilla, al igual que los dirigentes de ese partido radical, solo “juega” con los medios de comunicación que le sean afines, no admite la crítica cuando interviene, neutraliza a los periodistas que simplemente preguntándole, le ponen en un compromiso. Y los neutraliza de la forma más prepotente posible: “o él o yo,………” y los medios afines siempre deciden echar al periodista puesto que es mas fácil sustituirle que a un producto de consumo televisivo como la Esteban, el pequeño Nicolás o el propio Revilla.
Y lo que afirmo lo hago basándome en las propias declaraciones de los periodistas represaliados que se atrevieron a hacer preguntas incomodas sobre la gestión o el pasado de Revilla.
Pero si esa es la forma de actuar le sirve para parecer “Demóstenes” cuando interviene en los medios afines, no sirve con los medios que no le bailan el agua. El editorial que publicó el Periódico Alerta el sábado antes de las elecciones de 2011 reflejaba lo que para ese medio de comunicación había representado Revilla como presidente, no le aplaudía con las orejas ni le reía las gracias simplemente desmenuzaba, con precisión de cirujano, las imposturas que durante años perpetró impunemente en nuestra región pero que, como en el cuento del Rey desnudo, pocos se atrevían a denunciar “por si las moscas”.
Ese editorial, no pedía el voto para nadie, ni se decantaba por ninguna opción o personalidad política, solo recordaba lo que había sido y hecho Revilla y eso, una persona acostumbrada al peloteo mediático, no lo podía soportar.
Y como amenazar con “o él se va o yo me voy” no le iba a funcionar, no tuvo ningún reparo en denunciar ante los tribunales lo que simplemente era un acto de libertad de expresión. Comportamiento y actuación que debería avergonzar a cualquier demócrata.
Esta conducta no es nueva en Revilla, ya intentó callar el escándalo del PSIR del Bojar denunciando a Ignacio Diego por hablar de cómo los amigos de Revilla compraban terrenos milimétricamente ajustados al perímetro del PSIR, y en esa ocasión también la justicia le puso en su sitio, o cuando denunció en Castro Urdiales a un joven “por que le había insultado y le reconoció porque era buen fisonomista”, estos tics propios de otros tiempos siguen presentes en su forma de actuación.
A Revilla, y a los que comparte con ellos el 80% de su programa, solo les sirve la libertad de expresión si es para engrandecer su ego, se ha retratado con su denuncia y la justicia y el Alerta de han dado un “Zasca” en toda la boca por prepotente e intolerante.