Hay elecciones a la vista. No hace falta saber cuándo, pero será pronto, porque las calles están levantadas y los politicuchos que nos han caído en desgracia prometen el oro y el moro. Los que mandan y los que lo sueñan, que en esto, como prometer es gratis, no hay distingos. Hombre, los apoltronados más arriba, como manejan nuestro dinero, tienen para cohetes. El resto se han de conformar con el humo. Pero el humo, bien gestionado, da para muchas ofertas. Que se lo pregunten si no al ministro efímero, que cuando era alcalde de Santander para bien de infografías, fotografías y hasta ortofotos que le dio el truco. Su heredera, que se quedó la alcaldía sin hacerlo a beneficio de inventario, es muy de cercanía, y se ha perdido en grandes proyectos, como ese fiasco millonario del MetroTUS. También ha tenido mala suerte. Se le quemó el MAS, Guetta no dio su concierto, Fomento paraliza los espigones de La Magdalena y encima tiene que dar de comer a un tránsfuga indolente que le saca las castañas del fuego de la minoría. Pobre. Además está pendiente de que la confirmen que se queda las llaves. Yo creo que lo tiene crudo. No es de los de Casado, y lo mismo le pasan garlopa y acaba teniendo que pedir a De la Serna que la coloque, ahora que vive en un safari permanente cazando talentos. Aunque como tenga que colocar a todos los que dejó en el consistorio, lo tiene difícil. Muchos son, talentos pocos.
Algunos que saben, y muchos de los que no pero lo anhelan, dicen que el próximo alcalde va a ser Pedrito Casares, el chico del master de Transportes. Casares, como su primo-hermano Zuloaga, tienen una flor en el culo. Vendieron a los que les enseñaron con el mercado al alza, y ahora están en la cresta de la ola aprovechándose del tirón nacional. Las camisas blancas, los vaqueros y las americanas informales son trendic topic. Yo no creo que los chicos valgan mucho, pero están en el sitio adecuado en el momento preciso. Vamos, que de ser portavoz, o delegado, un mono, también sacaría lo suyo. Y tan felices. El PSOE de Cantabria está en manos de mediocres que valen lo que valen sus divergentes internos. Y el día que estos se rindan y se marchen, adiós muy buenas. Casares es aburrido, se parece mucho a Sota cuando era leal. Y Zuloaga es un producto de mercado fabricado con sobras, como una conocida marca de coches subsidiaria de Renault. Si este es el futuro para Santander, para Cantabria y para el PSOE regional, pues qué pena. Los electores son soberanos, desde luego, pero verles en los balcones del poder dará grima y un poco de lástima. Ojalá los números sean tozudos y la sangre no llegue al río…
Y nada, que por lo demás todo bien. Revilla vuelve a los carteles, que es como decir que en el PRC no son nada. Se van todos haciendo viejos, como el líder, así que cuando haya que reponer no se de dónde van a sacar recambio. Ciudadanos bulle con El Locha haciéndose a fuego lento. Alguna gente con talento anda intentándolo, pero no se yo si habrá caldo para tanto cordero. Y Podemos, ay Podemos… Menudo panorama. Leo siempre que puedo El Diario Montañés (José Manuel me lo trae a Madrid alguna vez de las que viene. Me recuerda a cuando mi abuelo Valentín le mandaba el Alerta por correo a un cuñado que tenía en Sevilla, mi tío Mariano, que había sido telegrafista) por si algo cambia, pero nada, no hay suerte. Todo sigue igual: lento, tosco, soso, tedioso, plomizo. Y con lluvia.