No ha sido 2017 un buen año para Cantabria. Se ha caracterizado por la inestabilidad que los principales actores de la cosa pública han protagonizado, tanto el Partido Popular, como el PSOE, Ciudadanos y Podemos que no han contribuido al sosiego tan conveniente para el desarrollo de nuestra Comunidad.
El Partido Popular celebró un Congreso Regional lleno de sombras, resultando del mismo una organización escindida en dos bloques irreconciliables que dificulta su propia acción política y augura un futuro electoral moroso.
En el PSOE igualmente incompatibles sus partes enfrentadas, los derrotados atrincherados en el Gobierno Autónomo en tanto que el nuevo Secretario General no parece que acabe de pilotar con decisión su Partido, mientras que Ciudadanos producto de la avalancha inicial ha sufrido un proceso de abandono de cargos públicos que a juicio de muchos es una suerte. El único que aparece sin problemas visibles es el PRC, situación que se mantendrá mientras su pleistocénico jefe continúe al mando.
En cuanto a la acción del Gobierno no puede decirse que está siendo afortunada, carece de línea política conjunta es suma de partes en donde cada una atiende intereses partidistas, mientras MAR parece ajeno a todo, excepto la venta y promoción de sus libros y las actuaciones en el Hormiguero.
Toda esta situación trae consecuencias, no es inocente, afecta muy directamente al crecimiento de la Región que en el año 2016 lo hizo casi un punto de PIB por debajo de la media Nacional y que en 2017 las estimaciones asignan un crecimiento del 2,6 mientras que en el conjunto de España será del 3,1 nuevamente por debajo de la media, afectando en consecuencia a la Renta per Cápita cántabra que es de 21.500 € frente a los 23.900 de media, arrastrando a un PIB per Cápita inferior en un 8 % al de España.
Tampoco la Renta Disponible tiene datos esperanzadores, 14.190 € de Cantabria frente a los 14.550 de la Nación, siendo además indiciario de nuestra mala situación que mientras la RBD está al 97,7 , el PIB es del 89,9 demostrando la dependencia que tenemos de la transferencia de rentas y lo mal que estamos en cuanto a la generación de actividad económica que ha llevado a la insostenible cifra de 43.000 parados, con una tasa de actividad del 60 % en los hombres frente al 65 % Nacional, que en el caso de las mujeres es el 51 %, también inferior a la media situada en el 54 %.
Esta es la situación, un universo empresarial plagado de dificultades e incertidumbres como han sido los casos de Sniace, Solvay, Gamesa, Bosch, Sidenor, Funditubo, Greyco, Tinamenor o Talleres Martínez……
Consecuencias de todo esto …? pues que ahora Cantabria aparece sistemáticamente en el furgón de cola junto a Comunidades Autónomas que siempre estaban en la parte baja de todos los indicadores socio-económicos y en donde no parece que tengamos lugar a la esperanza, aunque MAR salga en el Hormiguero aplicando una de la reglas básicas del universo Orwell : «Nos mentimos a nosotros mismos para ser más convincentes cuando mintamos a los demás».