El insulto como método

Una mañana de hará unos veinte años, al salir de mi despacho en pleno centro de Santander camino de mi dosis habitual de cafeína, un cartel del Partido Comunista, no recuerdo en cual de sus franquicias, de los Pueblos de España, de los Trabajadores, las Juventudes … no recuerdo, me llamó la atención : Ahí pegado en una pared y refiriéndose a alguna decisión política del Gobierno de turno estaba el dichoso afiche, que en grandes letras decía : SOOO ¡ hay que pararles.

Perseguían los responsables políticos de la campaña, con evidente afán, degradar y animalizar al contrincante político, era sin duda el cartelito hijo de los métodos que tan habitualmente practicaron los nacional socialistas y los comunistas para despojados de su condición humana y degradados, «los enemigos», el coste de su desaparición política fuese mucho menor.

Esta utilización por los comunistas y los nazis de tales métodos y terminología no es nada nuevo, son viejos compañeros de viaje, son ideologías que ya se unieron en 1939 cuando Ribbentop y Molotov firmaron el acuerdo conocido como Tratado de no Agresión. Lógico  por otra parte entre gente con tanto en común.

La  crisis gestada en España entre los años 2008 y 2011 propició la aparición de diversos grupos, unos nuevos, otros durmientes, que aprovechando el descontento de una sociedad abruptamente inmersa en una crisis que se negaba  a admitir. Aquellos grupos con indudable olfato detectaron el desconcierto del común y poniendo en práctica los viejos métodos, comenzaron a utilizar el insulto, el acoso, la descalificación personal, el linchamiento de todo contrincante al que dejan de considerar como tal para situarle en la trinchera de enemigo y a partir de ese momento aplicar las directrices de su mayor estratega, un genio político : Vladimir Ilich Ulianov : «El enemigo no debe ser rebatido, debe ser eliminado».

Esta serpiente se instala en el acontecer  diario convirtiendo el ambiente político y bastantes veces el social en un lodazal, en donde sujetos con formación deficiente, con escasos días cotizados a la Seguridad Social en la vida civil que sin embargo son muy principales dirigentes en este desgraciado tiempo que vivimos, tenemos muchos y sonoros ejemplos de una dirigencia que sin experiencia laboral y formación lironda con las malas formas y la grosería  en su praxis política a la que suelen acompañar de propuestas estrambóticas, corrosivas en muchos casos, con el objetivo indisimulado de destruir lo que se hizo, hicimos en la transición : superar la Dictadura de Franco y poner un País en marcha, libre, democrático, con separación de poderes que propiciase el bienestar ciudadano. Desafortunadamente en este viciado ambiente otros se han sumado también a estas virulentas formas de comportamiento zafio, que tristemente están siendo admitidas, consentidas, cuando no jaleadas por una parte relevante de la ciudadanía, que en algunos casos cuesta considerarla como tal, consentidores que son de este fétido ambiente político que se está trasladando a la sociedad.

Hemos construido durante los últimos cuarenta años la democracia liberal la que permitió elevar el nivel de vida de la gente, la que hizo ingresar al País en la Unión Europea, el Euro o la NATO, al tiempo que aseguraba nuestra libertad. Verla atascada en los últimos tiempos por enemigos de la libertad, comunistas, fascistas, filoterroristas, nacionalistas excluyentes o fundamentalistas de secta es muy duro, pues todos ellos cabalgando el tigre de la descalificación e insulto del enemigo para que privado de su condición humana, su destrucción parezca algo inevitable y sobre todo, que se lo merece. Saben una cosa : No lo podemos admitir sin más, pues cuando perdamos la vida en libertad civilizada la echaremos mucho de menos y sobre todo, será dificilísimo recuperarla.

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