Hacen falta demócratas

Entre 1931 y 1936 todo colapsó en España. La Nación que se recuperaba de la depresión noventayochista del XIX mostró cómo era una República sin demócratas con las funestas consecuencias que ello produjo.

En 1977 da comienzo el periodo de mayor éxito social y económico conocido por la Nación que avanzó hasta situarse en 2004 con niveles y estándares europeos, para llevar los últimos veinte años de pérdida constante tanto en lo económico como en calidad democrática, hasta preguntarnos si lo que realmente falta en estos tiempos son demócratas, lo mismo que faltó en la II República, aunque sin llegar al pistolerismo de entonces, con gente que no le importa boludear las Instituciones en donde están estabulados si ello conviene a «la causa».

La destrucción del adversario político considerado y tratado como  enemigo forma parte de la degradación iniciada hace veinte años y acentuada hasta el paroxismo durante el último lustro, en donde las tribunas de expresión y opinión política tienen fosos de imposible superación , con casi media España vigilando los comportamientos de la otra casi media, sin preocuparles cuales son las diferencias y lo que es más lamentable, sin propósito alguno de superarlas, provocando una confusión que aleja a la gente de los conceptos básicos de la democracia con partidos incapaces de realizar una labor de moderación de los excesos, cuando no formando parte de ellos e instalando comportamientos letales para un funcionamiento democrático del Estado, haciendo que el imperio de la Ley se vea con traje de fuerza.

Atravesamos una época en donde hemos visto como se ha cerrado el Congreso y se ha encerrado a los ciudadanos que han permanecido silentes unos, defendiendo la totalitaria medida otros y solamente unos pocos manifestando nuestra indignación por una decisión política absolutista utilizada para amordazar en tiempos convulsos.

Somos testigos de un periodo con comportamientos poco recomendables como querellarse contra jueces que instruyen casos que molestan o que el Fiscal General acabe imputado. Malos tiempos para la democracia.

Ciudadanos responsables también de alimentar la situación con su silencio cuando no justificando la corrupción y cualquier otro exceso, lo cual permite a los gobernantes  perseverar en su carril aún a riesgo de poner el sistema patas arriba con nombramientos inadmisibles por irrespetuosos con los fundamentos democráticos de separación de poderes, se están colonizando para perpetuarse en el poder aún después de unas elecciones con resultado adversos todo tipo de organismos con funciones de control y contrapoder al omnipotente y excesivo poder gubernamental, que además debe parecerles insuficiente, pues en jornadas trágicas para la Nación se ha forzado un pleno en el Congreso para controlar la ruinosa TVE con el nombramiento de convencidos groupis, auténtica política de botín de guerra, piñata lo llaman en otros hemisferios, que pone todo tipo de instituciones al servicio de los contractuales gobernantes.

Durante estos últimos años donde hemos visto el cierre del Congreso y el secuestro ciudadano como ejemplos evidentes de decisiones política de pulsión autocrática, en donde la sensación de que se gobierna en contra de «los otros» hace evidente que nos hacen falta demócratas.

La democracia es más, mucho más que ir a votar. Son tribunales independientes, separación  de poderes, mecanismos efectivos de control, seguridad jurídica para defender la libertad, la vida y la propiedad. En definitiva : gobiernos que no abusen de posiciones de dominio sobre la gente y también, una sociedad que lo exija.