Joaquín Garrigues Walker

Joaquín Garriguez Walker

 

Hace 35 años que Joaquín Garrigues Walker se marchó.

El 28 de Julio de 1980 desapareció una figura de la política española diferente, con criterio, coherencia y con la libertad como eje fundamental de vida.

Joaquín Garrigues Walker al contrario que tanto opositor sobrevenido, defendió claramente la libertad durante la dictadura : » El actual régimen político no tiene ante si ninguna otra mayor tarea que dar cauce a las libertades políticas del País». ( Diario Informaciones, Febrero de 1974 )

Hoy , cuando algunos le echamos tanto en falta, quiero reproducir unos párrafos de su «Carta abierta a un joven liberal «, que como podemos ver está perfectamente vigente, parece que fue escrita ayer.

Carta abierta a un joven liberal

» No te pases los días mirando expectante a los poderes públicos para que te resuelvan los problemas. Hazte la vida por ti mismo y , si te es posible, vive la margen del Estado, de sus funcionarios y de todo el boato y  esplendor que les acompaña. En este País todo es política porque hemos convertido al Estado en un becerro de oro al que adoramos con fervor. Si tu y  tus amigos os podéis liberar de ese culto profano iniciareis un camino hacia no se sabe donde pues ya sabes que las libertades con minúscula, las libertades para vivir, abren caminos pero no cierran destinos. Y debes saber también que esas libertades están siempre amenazadas por el Estado, de derechas o de izquierdas pues, te digan lo que te digan, los hombres y mujeres que lo rigen  quieren ordenarnos, organizarnos, reducirnos. No te engañes; si algún día llegan las izquierdas al poder harán lo mismo que las derechas, en el mejor de los casos, ya que los hombres públicos, todos sin excepciones, aspiran a que sirvamos de conejos de indias para sus experimentos y proyectos.

Esta brutalidad del Estado es universal, más entre  nosotros ha alcanzado las más altas cotas y ahora con la democracia  nos llueve sobre mojado. Los «líderes» pretenden construirnos un nuevo modelo de sociedad para que vivamos contentos, satisfechos y programados. Defiéndete si puedes y mándalos al carajo pues el precio de las libertades es altísimo, pero su gozo impagable.

Cuando te hagas mayor rechaza todos los dogmas de la vida pública  y ponlos en tela de juicio que , por poco que tengas, te llevará a la conclusión de que ningún revolucionario importante, desde Jesucristo hacia atrás o hacia delante, gastó su tiempo inventando corsés para la gente. Eso lo hicieron otros, los que necesitan mitos para organizarse su vida a costa de la nuestra, los que programan el aburrimiento y organizan los festivales de las canciones del orden.

Haz el amor y no la guerra. Desesperadamente haz el amor y no hagas nunca la guerra porque esos machos que la empiezan suelen sobrevivirlas a costa de millones de cadáveres. Por estas tierras circulan impunes muchos matones que pegan con cadenas, atacan en grupo y matan con pistolas por la espalda y se comportan en familia como santos varones, unos a la derecha y otros a la izquierda, en defensa de sus dogmas, de sus privilegios o  de sus ideales.

Este es , sin embargo un País importante capaz de helarte la sangre y construir maravillas, un país de gentes que se pegan al terreno y luchan como leones para resistir el calor de los fuegos y el frio de las nieves sin darles a la cosa mayor importancia y  sin perder la cara al toro de sus mil dificultades.

A los más mayores esta nueva aventura nos ha cogido tarde. Pero tu y tus amigos tenéis la vida y el mundo por delante para intentar cambiarla sin pagar peaje al Estado y a todos los poderes que cobran arbitrios para que respires el porcentaje de aire contaminado que te facilitan».

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