Ha sido fallecer el Presidente del Banco Santander y aparecer la habitual banda de canallas para mostrar como son , lo que cabe esperar de ellos y sobre todo para que seamos conscientes que en la defensa de la libertad los demócratas tenemos que estar activos siempre.
Izquierda Unida de Bejar , es decir el Partido Comunista, mostrando el jaez propio de una ideología totalitaria dice al respecto de la muerte del Presidente del Santander : «que pasa de presidir un banco a regentar una caja», comentarios a los que se ha unido la joven esperanza política , la inenarrable Talegón, dejando su impronta: «No hay Botín que 100 años dure», sin que el PSOE, su Partido diga nada de nada.
Canalladas hemos visto más. Colau «Botín ha muerto sin devolver lo robado». Otro como Toledo : «Que las vidas que robaste, la tierra no te dejen descansar» y la monja trastornada se despachó con :»Los sudarios no tienen bolsillos».
Que tenemos aquí …? tenemos el odio en su más prístina expresión, el odio hacia los que crean trabajo , actividad además de riqueza en ámbitos de libertad y esfuerzo. No pueden tolerar una imagen positiva de las empresas y de las personas que como en el caso del Santander llega a tener 190.000 empleados y 12 millones de acciones , como el recientemente fallecido Isidoro Álvarez que hace llegar al Corte Inglés hasta los 94.000 empleos, casos ambos que ponen ante el espejo de sus miserias las mentiras que propagan los componentes de la Tribu del Odio.
Sin embargo conviene no dejar en el limbo del olvido la responsabilidad de quienes por cobardía o comodidad han callado ante la impunidad rampante de la Tribu del Odio, practicando una morosidad intelectual inadmisible no desenmascarando a quienes tratan de imponer sus totalitarios modelos de sociedad.
Por si no fuera suficiente además de los cobardes y los cómodos existe otro espécimen más dañino : Los cómplices intelectuales , los meapilas del buenísmo tan preocupados ellos por «comprender a los otros» y que sostienen que hay que tender puentes con quienes no durarían nada en arrebatar la libertad de la gente, situación que parece no importarles lo más mínimo, quizás porque en el fondo estos meapilas del buenísmo pretenden los mismo que la Tribu del Odio : Decirle a la gente como tiene que ser su vida.