Había dos caminos, yo escogí el menos transitado y así empezó todo …
En noviembre de 1991 caía el Muro de Berlín, el imparable camino hacia la libertad se iniciaba para acabar con el viejo régimen de terror que el socialismo real había impuesto en media Europa.
Además de las doctrinas totalitarias que han provocado los grandes desastres, los asesinatos en masa, las hambrunas y la falta de libertad; el comunismo, el socialismo, el fascismo y las religiones, actualmente los enemigos de la libertad se refugian bajo otras enseñas más presentables que el socialismo real o el fascismo, arrogándose el papel de «conducators» de una nueva y destructiva ideología, la de lo políticamente correcto, en donde autolegitimados por una ignorada superioridad moral le dicen a la gente como deben actuar sopena de someterlos a una defunción civil.
Ahora los nuevos totalitarios abandonando el proceso de transformación social objeto de sus anhelos como proyecto unitario, se han dispersado en múltiples causas que les permite soslayar que en algún momento comulgaron ideológicamente con doctrinas que ahora no quieren evidenciar, pero que continuan vivas en sus almas.
Así, estas almas avergonzadas externamente, se han nucleado alrededor de diversos entornos, la Kultura, defensores del subvencionado cine español, en el ecologísmo, en el animalismo o en amigos de la bicicleta y «defensores de lo público» en general, mandriles del buenísmo o cualquier otro asunto que les justifique para decir a la gente lo que tienen que hacer, además de obtener subvenciones para vivir de todo ello. Todos expertos en el acoso al discrepante y del boicot. Ejemplos como lo ocurrido en mi dilecto Santander en donde un grupúsculo de organizaciones del estilo a las anteriormente señalas se opuso a que una conferenciante interviniese en el Ateneo de Santander ( por pensar distinto) lo peor fue el cobarde comportamiento del Presidente de la Entidad, que accediendo a la suspensión envalentonó a los totalitarios causando un daño de consideración a las libertades al ceder ante quienes pretenden ordenar el pensamiento de las personas marcando como debe ser su vida.
Están tan ausentes del debate profundo, asumida su debilidad conceptual y argumental, como convencidos de la eficacia de la presión y la amenaza política que se dedican a boicotear las actividades públicas de los que consideran sus enemigos ideológicos, recurren primero a presionar a los responsables de los lugares o entidades en donde se programan actos que no les gustan y luego tratan de reventarlos sino logran su objetivo de suspenderlos, todo ello con la adecuada cobertura de los medios amigos.
Aunque, esto daría para otro artículo, los peores enemigos de la libertad, los más nocivos, son el conglomerado siniestro de intelectuales cabreados que se sienten designados a marcar la vida y el destino del País.
Esta es la situación, la libertad es frágil y hay que defenderla, pero que nos dejen tranquilos, que los españoles ya hemos sufrido reyes, espadones, iglesias y dictadores como para tener que aguantar a estos liberticidas que no conocen fronteras.