No somos un país de mierda. II

En marzo de este año 2017  publiqué con el mismo título, en buena medida provocador, un artículo en donde venía a llamar la atención sobre la aparición de un espécimen, no nuevo, pero desde luego más contumaz : «Los predicadores del desastre», que al amparo de la crisis del periodo 2008-2011 y sus posteriores consecuencias, aparecieron como lagartijas al sol manipulando de forma miserable las incertidumbres de las personas.

Decía en ese marzo de 2017 que una Nación como España cuyo idioma es el segundo de comunicación mundial, que tiene una esperanza de vida superior a los 81 años, con un índice de mortalidad infantil de 3,3 por cada mil nacimientos ( en el lugar décimo del mundo) y que ocupa el primer lugar mundial de trasplantes y donaciones no es un País menor.

Deje escrito también que con una industria de construcción naval en vanguardia, con el liderazgo mundial en sistemas ferroviarios, siendo capaces de producir tres millones de vehículos todos los años, ser los primeros exportadores de aceite, los terceros exportadores de libros y con demostrada capacidad para atender las necesidades logísticas que demandan 75 millones de visitantes extranjeros, esta España nuestra no es poca cosa.

España no ha hecho otra cosa que avanzar desde las elecciones constituyentes de 1977 : Ingreso en el Consejo de Europa, en la NATO, en la Unión Europea y recientemente elegida con el voto de 180 países miembro del Consejo de Derechos Humanos. Tenemos como garantes en nuestra vida cotidiana al Tribunal  Constitucional, al Defensor del  Pueblo, Tribunal de Defensa de la Competencia, Agencia de Protección de Datos, Oficinas de Consumidores … por lo tanto miremos atrás, hasta no hace muchos años, veamos como estábamos y lo que somos ahora.

En estos últimos cuarenta años en España han tenido lugar doce elecciones generales, diez municipales y nueve autonómicas, todas ellas con garantías, todas limpias. Además hemos votado en referéndum la Constitución, también fuimos a votar el proyecto de constitución europea  o el referéndum sobre la permanencia de España en la NATO y por supuesto, los siete procesos electorales al Parlamento Europeo y todo ello lo hemos votado en libertad, como huella de lo que somos, un País desarrollado del primer mundo civilizado.

Como es posible entonces que un grupo de petulantes bien alimentados estén poniendo en solfa el sistema democrático español ante la inacción del resto …? no somos conscientes que está en juego la democracia y la deriva hacia un régimen dictatorial …? no somos conscientes que la libertad para mantenerla hay que protegerla siempre…?

Existe responsabilidad ciudadana en defensa de la libertad, de la democracia en esta vieja Nación nuestra, pues si continuamos silentes la mentira de los menos impondrá su discurso mentiroso a los más y entonces … no viviremos en democracia.

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