Recuerdo perfectamente no solo el seis de diciembre de 1978, también los días previos, la ilusión y esperanza que tenía preparando el operativo que desde UCD pusimos en marcha en el Referéndum Constitucional que se sustanció con el 87,78 % de los votos favorables, lo que otorgó a la Constitución la suficiente legitimidad política para transitar durante sus cuarenta y seis años de vida.
La Constitución ha servido bien hasta el momento, pero el tiempo y sus consecuencias políticas con la evolución de la realidad social y económica de la Nación requiere cambios para adecuarla mejor a un tiempo distinto del que nació.
Siendo posibilista y observando la realidad política por la que atravesamos, redactar una nueva constitución de amplia base que permita el cobijo de todas las posiciones es imposible. Estos momentos empujan a efectuar modificaciones concretas que la actualicen corrigiendo lo que son desatinos.
Entiendo que la Constitución debería modificar el sistema de elección de Diputados y Senadores, hasta ahora sometido a la dictadura de la cúpula de los Partidos con candidaturas cerradas. Para que el poder Legislativo sea independiente hay que librar a los Diputados y que estos dependan únicamente de los ciudadanos , para lo cual es necesario que su elección sea por votación nominal de candidatos individuales en circunscripciones pequeñas, en donde electores y elegidos se vean las caras, permitiendo que el Legislativo sea realmente un poder independiente.
Proteger los contrapoderes de fiscalización y control gubernamental debe ser otro aspecto a contemplar en la modificación constitucional, hay que evitar la ocupación de los mismas que cual botín de guerra se colonizan, impidiendo que ministros y altos cargos del gobierno sean nombrados sin solución de continuidad responsables de las mismas, sin que al menos se produzca un paréntesis temporal entre cese y nombramiento.
La democracia se sustenta en buena medida sobre tribunales que aplicando las leyes nos hacen a todos iguales. Hay que amparar su independencia mediante un sistema de elección de sus órganos de gobierno y representativos que los haga inmunes a la confrontación partidaria y alcancen sus puestos sin deber favor de nombramiento alguno.
La Constitución estableció en su modelo territorial el estado de las Autonomías donde el paso del tiempo ha ido derivando de aquella manera, de tal forma que en función de lugar de residencia da la sensación de estar en un país distinto del otro. Para corregir esta anomalía democrática el Gobierno de la Nación tendría que recuperar competencias y sacarlas de manos autonómicas, asunto este que requiere coraje político, activo que no abunda en la clase política actual que ante cualquier decisión a tomar lo primero que hace es una evaluación de coste electoral.
En este ámbito de las competencias autonómicas es palmaria la diferencia existente entre ciudadanos en función del territorio, lo que afecta al propio espíritu y letra constitucional en donde todos debemos ser iguales, para corregirlo el Gobierno de la Nación debe recuperar competencias exclusivas y no traspasables en justicia, educación y salud.
Para facilitar la vida de la gente debe establecerse el equilibrio presupuestario como norma de necesario cumplimiento , lo mismo que los impuestos no puedan subir por encima del crecimiento del Producto Interior Bruto e igualmente que se establezca la libre colegiación profesional y que esta tenga efectos en todo el territorio nacional, lo mismo que la actividad de cualquier empresa en cualquier lugar de España, librando de los diecisiete corralitos interiores y garantizando la absoluta libertad profesional y empresarial.
Básicamente estas son las modificaciones inmediatas a realizar en la Constitución del 78, en donde visto el panorama político actual resultará muy difícil que se alcance acuerdo amplio para actualizar una Ley que ha servido muy dignamente a la Nación y que hoy requiere como evolución del tempo político unos cambios que puedan contribuir a mejora la gobernanza en unos momentos en donde la brecha de desconfianza en los poderes públicos es mayor que nunca.