Sociedad pusilánime

«El precio de las libertades es altísimo, pero su gozo impagable». Joaquín Garrigues Walker en Carta abierta a un joven liberal.  

No es necesario insistir, se conoce ya que tanto la Organización Mundial de la Salud como la Unión Europea por medio del Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades avisaron en el mes de Enero de lo que se venía encima, la enorme tragedia que padecemos, sin embargo esta información no se trasmitió a la gente para que pudiera actuar, durante ese tiempo todas las situaciones de riesgo fueron practicadas por el común, no se informó ni se actuó con los resultados que ya conocemos.

Se empezó a funcionar  para que semejante chapuza se diluyese con las maniobras de distracción que la mentira articuló, de forma que el engaño convierta a la gente en servil, pastueña, encogida.

Tenemos un problema sanitario que ha sido afrontado con incapacidad mayúscula, problema que pretenden convertir en un asunto policial y publicitario que llega a los extremos de prohibir el paseo incluso con quienes se convive, la vida es riesgo en si misma, lo mismo que se intoxica a la gente de propaganda para que acepte la situación como inevitable.

Ante un problema sanitario la respuesta no ha sido sobre la salud, han actuado incompetentemente, la respuesta ha sido la propia de un Gobierno con pulsión totalitaria : Respuesta policial. La salud convertida en un asunto policiaco con la muy desgraciada Ley Mordaza de Jorge Fernández funcionando a toda máquina, las empresas cerradas, la operación censura llevada a cabo por los amiguitos controladores ( cobrando por supuesto) en marcha,  para que los ciudadanos amedrentados y anestesiados no reaccionen si mañana se impone un estado de excepción.

Da la impresión que la operación anestesia está funcionándoles, no tiene otra explicación, ante las declaraciones del General de la Guardia Civil, con Interior y hasta el CNI esforzándose en defender al Gobierno e impedir la libre circulación de información, se contemple por la población de manera silente, con organismos del Estado trabajando para evitar que la verdad sea conocida y se cree un clima social que pueda perjudicar electoralmente, aunque a esto lo han llamado «generar estrés». Además por si la actuación de estos organismos no fuera suficiente, el Departamento de Seguridad Nacional de Presidencia del Gobierno realiza los memorandos denominados Informe de situación «desinformación» COVID 19 que se elaboran diariamente con datos remitidos por la Guardia Civil, Policía Nacional y la Oficina de Coordinación Cibernética, destinados a rastrear las actividades periodísticas y ciudadanas en medios y redes sociales.

Cuanto esfuerzo, cuanta dedicación no para luchar contra el CORONAVIRUS, no se realizan test a la población, el esfuerzo se dedica a controlar a las personas, que se sientan espiadas, que se acojonen y no protesten por el recorte de libertades.

Con todo lo más grave no es un Gobierno queriendo ser Maduro  o el PRI, que otra cosa podría esperarse, lo más desolador es la ausencia de respuesta por parte de una sociedad cobarde que lo aguanta, que a las ocho de cada tarde sale a los balcones para aplaudir mientras que otros nos preguntamos en donde está la conciencia crítica de unas personas con su derecho a la libertad, la verdad y la no intromisión del Gobierno en sus vidas.

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