Más sobre la competencia profesional del profesorado de Cantabria

El pasado 26 de julio publiqué en este blog el artículo “Un profesorado competente en la escuela cántabra del siglo XXI”. Me guiaba, principalmente, el objetivo de iniciar y participar en una reflexión sobre la cualificación profesional inicial y permanente de los profesionales docentes ante el reto que representa la educación  que demanda la sociedad cántabra del siglo XXI.

 

La publicación en el BOC, el pasado 3 de julio, del Decreto 53/2009, de 25 de junio, que regula la convivencia escolar y los derechos y deberes de la comunidad educativa en la Comunidad Autónoma de Cantabria, me aporta nuevos elementos suficientes para consolidar mi tesis.

 

El papel del profesor en la Escuela y en la sociedad es tan polivalente como se le quiera otorgar. En “Un profesorado competente en la escuela cántabra del siglo XXI” enumeraba un importante número de funciones a las que debe enfrentarse el profesor, además de las estrictamente relacionadas con la transmisión del conocimiento, con el proceso de enseñanza – aprendizaje.

 

Cantabria, como el resto de las comunidades autónomas del Estado Español, se encuentra en un proceso de mejora continua del sistema educativo, impulsado y demandado por toda la sociedad, bajo la dirección estratégica de la Consejería de Educación. La tarea no es fácil, es compleja. Los agentes intervinientes son numerosos y con intereses sectoriales contrapuestos. De ahí, mi permanente demanda a la Administración educativa de la altura de miras suficiente para no tratar de diferente manera -“discriminar”- a familias, alumnos, profesores, titulares de centros por el mero hecho de recibir la formación en el centro elegido libremente, al amparo de la normativa legal en vigor en esa materia.

 

Pero permitidme volver al Decreto de convivencia. Con su entrada en vigor se refuerza mi criterio de la multifuncionalidad del profesorado. Me interesa destacar algunas funciones específicas recogidas en este texto legal de singular importancia en la vida de los centros.

 

En primer lugar, mi felicitación sincera a todos los que han contribuido para que todo lo que regula se aplique en cada centro con carácter normativo a partir del curso 2009 – 2010. A mí me parece un buen texto. En este artículo, y en apoyo a la polivalencia de funciones del profesorado, para las que no siempre está suficientemente formado, quiero llamar la atención sobre aquellos aspectos más  relevantes recogidos en la introducción del mismo. Ello nos sirve para recordar que la mayor parte de lo regulado, afectaba ya a los centros y a los profesores, por formar parte de textos legales, incluso de mayor rango que este Decreto.

 

La LOE contempla:

 

En su artículo 1k:

1.     “La educación para la prevención de conflictos y para resolución pacífica de los mismos, así como la no violencia en todos los ámbitos de la vida personal, familiar y social”.

En el artículo 2c, señala:

2.     “Uno de los fines hacia cuya consecución se orienta el sistema educativo español es la educación en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad ……”

El artículo 162.2 determina:

3.     “El Consejo escolar de los centros designará una persona que impulse medidas educativas que fomenten la igualdad real entre hombres y mujeres. Se concreta, de esta forma, el precepto que se recoge en el artículo 8 de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Genero”.

 

La Ley 27/2005, de 30 de noviembre, de fomento de la educación y cultura de la paz demanda:

 

4.     “Combinar la enseñanza dentro del sistema educativo con la promoción para la paz para todos y durante toda la vida, mediante la formación en valores de no violencia, tolerancia, democracia, solidaridad y justicia ….”

 

La Ley de Cantabria 6/2008, de 26 de diciembre, establece:

 

En su artículo 131:3

5.     “La Consejería de Educación facilitará que los centros, en el marco de su autonomía, puedan elaborar sus propias normas de organización y funcionamiento”.

En su artículo 132

6.     “El proyecto educativo de los centros deberá recoger el Plan de convivencia de del centro.

 

La Ley 1/2004, de 1 de abril, Integral para la Prevención de Violencia con Mujeres, Protección y víctimas, de Cantabria señala:

 

En su artículo 9:

7.     “La Administración educativa promoverá la elaboración y ejecución de proyectos educativos de igualdad de género en todos los centros educativos, que garanticen y fomenten las actitudes, valores y capacidades que contribuyan  a un auténtico desarrollo integral de las personas”.

 

Los Decretos de Cantabria que establecen los currículos contemplan la necesidad de que los centros incluyan en la elaboración de los proyectos curriculares orientaciones para incorporar:

8.     La educación en valores a través de:

ü  Áreas, módulos o materias

ü  Organización y funcionamiento del centro

ü  Aspectos didácticos y metodológicos

 

Igualmente, dichos Decretos contemplan decisiones sobre cómo promover, a través de prácticas educativas, de la organización y funcionamiento, y de las relaciones sociales entre los miembros de la comunidad educativa, los valores de:

ü  Igualdad.

ü  Participación.

ü  Responsabilidad

ü  Cooperación

ü  Solidaridad

 

Los currículos que se establecen en los Decretos anteriormente citados  recogen las competencias básicas a las que se refiere el artículo 6.1 de la LOE. Entre ellas se encuentran:

ü  La competencia social.

ü  La competencia ciudadana.

ü  La autonomía  e iniciativa personal

 

Esas competencias contribuyen a fomentar:

ü  La convivencia

ü  La educación en valores

ü  La Responsabilidad

ü  La cooperación y el trabajo en equipo

ü  El desarrollo de habilidades sociales

ü  La capacidad para dialogar y negociar

ü  La capacidad para trabajar de forma cooperativa

 

“Aprender a convivir se ha convertido en una competencia fundamental que todo ciudadano debe poseer. Vivimos en una sociedad  compleja y diversa, y esa diversidad y heterogeneidad se refleja en los centros educativos”.

 

En fin, el papel del profesor en la Escuela del siglo XXI abarca innumerables facetas, hasta ahora no tenidas en cuenta, suficientemente. Sin embargo, la Escuela está llamada a asumir otro papel, en el que el profesorado es un elemento esencial. La sociedad y las familias lo demandan; la administración, también. Es la hora de la Educación y de la Formación. Es la hora de una escuela moderna y de calidad. Es hora de asumir el verdadero papel del profesorado, dentro de un perfil profesional en su formación inicial y continua que haga honor a la insustituible misión de educar y formar integralmente a los ciudadanos.

 

La adquisición y desarrollo de las competencias básicas; la adquisición de competencias profesionales; la adquisición de las competencias personales y sociales son una prioridad irrenunciable de la Escuela del Siglo XXI. El profesorado debe estar en posición de afrontar ese reto y conseguir resultados satisfactorios por el colectivo de alumnos, liderando el proceso de enseñanza y aprendizaje del alumnado basado en la adquisición de competencias; atendiendo personalizadamente la diversidad de alumnos por razones de nacionalidad, raza, credo, status social; utilizando metodologías y prácticas educativas creativas e innovadoras; elaborando y colaborando en la elaboración de materiales acordes con la Escuela 2.O; integrando las TIC en la práctica educativa diaria; etc.; etc.

 

 

Me reitero, por tanto, en la necesidad de evaluar los centros educativos; de evaluar las competencias profesionales de los profesionales docentes; en definitiva, en evaluar el sistema educativo centro a centro. Esa evaluación nos presentará una “imagen” que reflejará el punto de partida sobre el que construir una institución educativa moderna y de calidad, que afronte el reto que representa la entrada en vigor de la denominada Escuela del siglo XXI.

 

Finalmente quiero manifestar mi apoyo incondicional al colectivo de profesionales docentes. Mis reflexiones pretenden encender y mantener la mecha de la calidad educativa. Permitidme recordar una cita del Consejo Europeo de Lisboa, celebrado los días 23 y 24 de marzo de 2000 que estableció el importante objetivo estratégico de que antes de que concluya  el año 2010, la Unión Europea tendrá que “convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica  del mundo capaz de crecer económicamente de manera sostenible, con más y mejores empleos y con mayor cohesión social”. Los profesionales docentes juegan un papel determinante a la hora de alcanzar este objetivo estratégico.

 

En toda esta “historia” existe una gran responsabilidad individual y también colectiva que, en mi opinión, debe comenzar en cada centro. Pero existe una responsabilidad mayor en la propia administración, tanto estatal como autonómica.  Un servicio educativo de calidad exige recursos humanos y materiales.

 

Sobre recursos humanos, los profesionales docentes, necesitan apoyo de todo tipo en:

 

ü  formación permanente;

ü  formación específica, en áreas relacionadas con la integración de las TIC en la diaria práctica docente;

ü  formación transversal para afrontar las demandas relacionadas con el clima escolar, la convivencia, la resolución de conflictos;

ü  desarrollo profesional ligado a la adquisición y desarrollo de las competencias básicas, profesionales, transversales y sociales;

ü  incorporación de especialistas en TIC y en áreas transversales que les ayuden a realizar su trabajo eficazmente.

 

Sobre los recursos materiales, el profesorado necesita apoyo en:

 

ü  elaboración de materiales basados en TIC;

ü  gestión de blogs, wikis educativa, webs, que les permita mantener un innovador modelo de comunicación con alumnos y familiares;

ü  dotación de ordenadores para cada profesor, para los alumnos y para las aulas;

ü  dotación de pizarras digitales interactivas y proyectores para todas las aulas;

ü  conexión a Internet e instalación de wifis en el aula y centros

 

Es hora de la unión de esfuerzos individuales y colectivos. La administración debe liderar el ambicioso proyecto de colocarnos en la Escuela del Siglo XXI proporcionando recursos humanos y materiales; facilitando oportunidades de formación y recualificación permanente. Cada centro con su equipo de profesionales docentes y PAS debe dar un paso hacia adelante en innovación y en calidad que de respuesta a la demandas de alumnos, familias, empresas y sociedad en general. En fin, si queremos podemos. Todos unidos por la calidad y por la innovación que demanda la Escuela del Siglo XXI.

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