La fuerza de la razón

El viernes 28 de enero se celebró el día del docente. Yo también lo festejé. Fue un día muy intenso y especial, entre otras cosas, porque recibí las actas de las reuniones mantenidas por la Mesa de la Concertada en la consejería de Educación reflejando acuerdos de mucho calado en los que ha prevalecido la fuerza de la razón.

 Soy miembro de la Mesa de la Concertada, uno de los instrumentos de participación de la enseñanza privada de Cantabria en la toma de decisiones de la consejería de Educación sobre aquellos aspectos educativos, profesionales y empresariales que afectan al sector. En múltiples ocasiones he trasladado a esta comunidad educativa decroliana las propuestas y, en su caso, los logros alcanzados en los habituales y frecuentes encuentros con las autoridades académicas, vía Mesa de la Concertada o a través de encuentros específicos bilaterales en representación de los intereses de Decroly.

 

En el acta de la reunión de 15 de noviembre de 2010, presidida por el director general de Coordinación y Política Educativa D. Ramón Ruiz Ruiz, figuran, entre otros temas de general interés, dos párrafos con sendas intervenciones de quien suscribe:

 

“D. Javier Muñiz Bárcena solicita que los centros privados gestionen los Programas de Cualificación Profesional Inicial igual que las entidades locales y sin ánimo de lucro, solicitando un esfuerzo para que el profesorado quede en los centros en funciones de apoyo cuando ello sea necesario como consecuencia de la reestructuración que hay que realizar en la Formación Profesional, proponiendo un acuerdo global, para acabar con el acuerdo año tras año, el consenso debe ser liderado por la Administración”.

 

“D. Javier Muñiz Bárcena propugna una regulación de la formación a distancia en la F.P. en la enseñanza concertada, a lo que D. Ramón Ruiz Ruiz manifiesta que no se podrá realizar hasta que no se sepa el contenido de los Ciclos Formativos. También solicita la posibilidad de que los centros privados asuman las funciones de centros integrados, a lo que D. Ramón Ruiz Ruiz contesta que el proyecto de Decreto de Centros Integrados se ha remitido a informe del Consejo Escolar y de la Comisión de Formación Profesional”.

 

Este acta no recoge la positiva aceptación generalizada a mis peticiones en la primera intervención, incluida la del propio director general. Sin embargo, fijémonos en mis intervenciones y respuestas de la administración, reflejadas en el acta de la sesión de 17 de enero, presidida por la directora general de Formación Profesional y Educación Permanente, Mª Jesús Burgués Reimat, que transcribo literalmente, a continuación:

 

“D. Javier Muñiz Bárcena pregunta:

1.    Sobre el impacto que tendrá la implantación de los nuevos ciclos sobre el profesorado

2.    Si se va a autorizar el incremento de unidades. 

3.    Posibilidad de que los técnicos especialistas impartan docencia en los PCPI.

 

A lo que Dña. Mª Jesús Reimat Burgués responde respectivamente que:

 

1.    Se respetará el compromiso de mantener en el centro en labores de apoyo cuando no sea posible reordenar los horarios al profesorado que vea reducida su jornada con motivo de la  implantación de nuevos ciclos.

2.    No habrá crecimiento de unidades, salvo en casos excepcionales y por situaciones especiales.

3.    Se compromete a estudiar esta posibilidad”.

 

Una reciente información, en este sentido, fue publicada en mi post semanal nº 25, del pasado 21 de enero, Reunión de la Mesa de la Concertada. Allí tuvisteis la oportunidad de conocer algunos detalles sobre lo tratado en aquella sesión de trabajo.

 

En concreto, en relación con una de las preocupaciones que me han quitado el sueño muchas noches, parece que la administración educativa ha sido sensible a nuestras razonables peticiones. Me refiero al mantenimiento del empleo para aquellos profesores que vean reducida su jornada lectiva, como consecuencia de las inevitables modificaciones de unidades fruto de la implantación de los nuevos ciclos formativos de grado medio y superior.

 

Hoy podemos congratularnos porque, como muchas veces comento, el tesón, la confianza, la esperanza y el optimismo conducen a soluciones en las que, generalmente, impera la fuerza de la razón. Solamente cuando el sectarismo, la estrechez de miras, la discriminación y lindezas similares, que podría escenificar con otros apelativos parecidos, otean en el horizonte, aparecen brotes en cuyos únicos argumentos se aprecia, exclusivamente, la razón de la fuerza.

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