Mi apoyo al “Día de los Abuelos”

Estaba viendo con mi hijo Nikita y mi nieta Candela el programa de Mª Teresa Campos, “¡Qué tiempo tan feliz!”, en Telecinco, antes de ayer, cuando me sorprendió gratamente el tratamiento que la popular presentadora otorgaba a los abuelos

 

Una entrevista con el P. Ángel García, presidente y fundador de Mensajeros de la Paz, y de la Asociación Edad Dorada, captó mi inicial interés porque conozco la obra de este hombre, extendida ya en 40 países de todo el mundo. La conversación giró en torno a la celebración del “Día de los Abuelos” mañana martes, 26 de julio. Desde hace 12 años, el P. Ángel, la Asociación Edad Dorada y Mensajeros de la Paz impulsan esta conmemoración, cada 26 de julio, en todos los países en que tienen presencia y, ¿cómo no? especialmente en España.

 

Me encantó el tratamiento subliminal que, posteriormente, otorgó la presentadora en apoyo del evento. Una vez finalizada la entrevista al P. Ángel, Mª Teresa Campos continuó entrevistando a personajes famosos –Jesús Guzmán, Mª Luisa Merlo (ahora bisabuela), Amador Mohedano, José Luis Uribarri,…-  que reúnen la condición de abuelos e incluso de bisabuelos, complementadas con emotivas intervenciones de sus nietos y familiares más próximos.

 

El programa me rememoró, en primer lugar, a mis padres que ejercieron de abuelos con dedicación, entusiasmo y cariño. Nikita y yo echamos la vista atrás y recordamos las visitas a su casa los fines de semana; las golosinas del abuelo Rosendo, siempre preparadas en un cajón del armario del salón para cuando llegáramos; los consejos y recomendaciones de la abuela y las meriendas-cena que nos preparaba, como si pasáramos necesidades en nuestra propia casa.

 

En fin, viajando mentalmente en el tiempo, nunca podré olvidar –y mis hijos mayores y sobrinos tampoco, estoy seguro- la diaria dedicación de la abuela Marina, llevándoles y trayéndoles ¡cuatro veces al día! al colegio; a las clases de música; a jugar a los bolos y, más tarde, a las romerías y las discotecas, en su viejo Renault 4L. El tiempo que no pudo dedicar a sus hijos lo compensó, con creces, con sus nietos.

 

Pero volvamos al “Día de los Abuelos” y a mi adhesión al evento, como reza en el título de este post. En nuestra tierra, Cantabria, y en España, también, como en otros lugares del mundo, se celebra el día del padre; el día de la madre; el día de los enamorados, el día de la Hispanidad;… y tantos y tantos otros que nos permiten festejar esos eventos por su singular relevancia para el conjunto de los ciudadanos.

 

Existen mil razones para apoyar la institucionalización del “Día de los Abuelos”, visto desde el ámbito familiar y público. Institucionalizar y celebrar el Día de los Abuelos representa una oportunidad para trasladarles un reconocimiento generalizado, desde la familia y por la sociedad, para que se sientan especialmente protagonistas en ese día.

 

La labor de los abuelos, en general, no se valora suficientemente. Quizá, el Día de los Abuelos sirva hoy, además, para reflexionar sobre las necesidades sociales y afectivas de ese colectivo de ciudadanos. Por supuesto, también, en el Día de los Abuelos, los hijos y los nietos encontrarán un motivo para trasladarles todo el cariño por su contribución constante, siempre silenciosa y, a veces, insuficientemente valorada, a su educación y desarrollo personal.

 

En mi condición de nieto, padre y abuelo puedo opinar con conocimiento de causa. ¡Siempre he sentido una admiración sin límites a mis padres y abuelos! La misma que he tratado de inculcar a mis hijos y, en la medida que las circunstancias lo permiten, a mis nietos. Hoy, sin embargo, toca hablar de los abuelos. En ese sentido, no puedo menos que recordar, particularmente, a mi abuelo materno, a mi abuelo “Roque”. Podría escribir docenas de folios expresando mi admiración, respeto y cariño por aquel hombre singular, bueno y cariñoso.

 

En fin, inspirado en mi propia experiencia e impulsado por el programa de Mª Teresa Campos ¡Qué tiempo tan feliz!, me adhiero al “Día de los Abuelos” mañana martes y, en ausencia de este mundo de mis abuelos y padres procuraré algún  tipo de celebración con mis hijos y nietos, en la medida que sus circunstancias y las mías lo permitan.

 

Y para todos aquellos que leáis este post -alguna vez habréis sido o seréis, nietos, hijos, padres o abuelos, recordad el papel esencial asignado a los abuelos en la sociedad de este siglo XXI. Muchas familias jóvenes concilian su vida laboral y familiar gracias a la incondicional aportación de los abuelos. Los abuelos ejercen, en innumerables familias, las funciones de padres con sus nietos y les procuran una educación mejor de la que dieron a sus propios hijos.

 

Desde el punto de vista de los nietos, los abuelos “son punto de referencia de nuestros primeros actos, de nuestros primeros pasos, de nuestros primeros juegos, de nuestras primeras desobediencias, de nuestras primeras alegrías, de nuestros primeros castigos, de nuestros primeros cumpleaños, y tantos y tantos sentimientos”.

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