Una educación de futuro desde la escuela

La escuela del siglo XXI necesita un profesorado dispuesto a afrontar el cambio galopante que se produce en la sociedad actual. Para ello es imprescindible un profesorado bien cualificado y formado en los ámbitos científico, humano y profesional.

La realidad se impone. Por ello, y en particular en el subsistema de la formación profesional, es preciso contar con un profesorado que disponga de formación académica inicial suficiente. En mi opinión, la tiene. A ello es preciso añadir una formación pedagógica adecuada. En mi opinión, también la tiene, si bien es un área que debe estar presente permanente en el proceso de su formación continua. Sin embargo, el perfil que exige la escuela al profesorado actual demanda unos docentes fuertemente competentes en competencias sociales. El profesor, en la escuela del siglo XXI, se ha convertido más en un facilitador – formador  que en un enseñante.

 

Veamos, a titulo de ejemplo, dos propuestas de mejora extraídas del documento “Cien propuestas de mejora en DECROLY para el curso 2009-2010”, publicado en DECROLY Digital el pasado 1 de setiembre, relacionadas con el PCF y las PDA:

 

Proyecto Curricular de Familia Profesional (PCF)

 

22. Incorporar actividades y actuaciones innovadoras  que fomenten:

 

a.   El trabajo en equipo.

b.   La comunicación intercultural.

c.   La crítica y aportaciones personales.

d.   La investigación y elaboración de informes.

e.   Las presentaciones en público.

f.    El espíritu empresarial.

g.   El aprendizaje de idiomas.

h.   La movilidad por la Unión Europea.

i.    La aceptación de la diversidad de culturas y de pensamiento.

j.    Mantener viva por siempre la declaración de la Unión Europea para 2007 bajo el lema de Igualdad de Oportunidades para todos.

 

Programaciones Didácticas (PDM)

 

31. Impulsar e incentivar la creatividad y la innovación en cada módulo formativo de cada Ciclo o materia del Programa PCPI a través de:

 

a.   Uso de herramientas y material didáctico innovador, como la pizarra digital, proyector, etc.

b.   Utilización de recursos de elaboración propia, o producidos de forma colaborativa, con la participación de otros docentes, de dentro o fuera de DECROLY o de Internet.

c.   Propuestas de actividades al alumnado basadas en la elaboración de trabajos y/o proyectos para cada módulo de forma individual y/o grupal, como instrumento de aprendizaje y de adquisición de competencias, eso sí, mediante los usos honestos de la propiedad intelectual de otros.

d.   Incorporación de las innovaciones fruto de nuestra participación en proyectos europeos.

 

Sí, he dicho bien. Dos propuestas de las decenas de otras cuyo reto afrontamos día a día en nuestro trabajo docente diario en DECROLY. No es necesario abundar en el hecho de que hoy el profesional docente debe reunir un perfil distinto al profesional docente del siglo pasado. Y no me refiero solamente al docente de hace cien años, sino al de los años 80, 90 y posteriores del siglo anterior, donde muchos de nosotros estábamos ya en la profesión. Si analizamos las propuestas descritas podremos apreciar cuan distinto es el papel del profesor al de hace solamente unos pocos años.

 

Los docentes actuales, y me refiero a los de mi generación, somos los mismos que ejercíamos la profesión en las últimas décadas del pasado siglo. Pero la sociedad, los ciudadanos son otros muy distintos. Ahora estamos en la sociedad del conocimiento, en la era de Internet, en la era digital. En los últimos 50 años el mundo, el conocimiento, ha evolucionado más que en toda su existencia anterior.

 

El cambio, palabra mágica. La sociedad necesita, clamorosamente, un profesorado comprometido con el cambio. Un profesorado dispuesto a liderar el cambio del sistema educativo, el cambio y evolución de la sociedad, desde la escuela. La escuela debe formar ciudadanos creativos, analíticos e innovadores además de formarles en competencias básicas, profesionales y sociales. El papel del profesor es vital en una sociedad moderna.

 

Hoy más que nunca debemos afrontar una formación integral de los ciudadanos desde la escuela. A veces olvidamos quien somos por que desconocemos de donde venimos. Conocer y revisar el pasado nos aportará claves para relacionarlo con el presente y nos permitirá diseñar un futuro más prometedor.

 

La escuela tiene encomendado un papel esencial en la sociedad. El profesorado es un instrumento imprescindible, vital, en la escuela, como motor del cambio educativo con una perspectiva de futuro, independientemente de cuales sean las actuaciones  de las administraciones educativas. Un profesorado bien cualificado, motivado, comprometido y socialmente reconocido ejercerá de motor del cambio no solamente educativo sino social que el mundo actual, en este siglo XXI demanda. Los profesionales docentes debemos estar preparados para impulsar cambios concretos que no estén anclados en el pasado sino en el presente y futuro de nuestra realidad.

 

Para concluir, me viene a la mente el párrafo final de mi anterior escrito La influencia de los profesionales docentes en la sociedad actual, publicado en este blog, el pasado día 26 de octubre y en DECROLY Digital, posteriormente, el día 3 de noviembre.

 

“En manos de la escuela y de los profesionales docentes se encuentra la llave que abre la mente de los escolares, niños, adolescentes y jóvenes sobre los que deberá sustentarse la sociedad en un futuro no muy lejano. Por ello, desde las pequeñas escuelas en los puntos más recónditos, hasta  los centros escolares de las grandes ciudades, los profesionales docentes, en cooperación con las familias, y con los instrumentos que disponen en forma de instalaciones y equipamientos, deben abordar la educación y formación que demanda la sociedad de este siglo XXI. El maestro y sus niños; el profesor y su grupo de alumnos, ajenos a las contiendas políticas deben construir esa sociedad de progreso y bienestar que todos deseamos”.

 

 

 

 

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