Hace unos días leí un artículo en el periódico ABC que me suscitó curiosidad por reflexionar, una vez más, sobre el perfil que define a una generación con la que trabajamos todos los días en nuestras aulas, los nativos digitales que denominó Marc Prensky en sus mundialmente conocidos libros “Digital Natives, Digital Immigrants” – Nativos Digitales, Inmigrantes Digitales- y “Teaching digital natives”, Enseñar a nativos digitales
La verdad es que concurre mucha documentación sobre este asunto, en múltiples formatos. Existe un cierto grado de coincidencia, sin embargo, a la hora de denominar, también, a este colectivo de jóvenes: millennials, Generación del Milenio. De nuevo, un anglicismo se extiende en nuestro idioma, como tantos otros, tal y como mostré en mi post de 10 de Agosto El impacto de los anglicismos en la lengua española. En gran parte de la literatura encontrada sobre esta nueva denominación se cita una obra que estoy intentando conseguir, bien en su versión española, si existiera, bien en su versión original en inglés. Me refiero a “Millennials Rising: The Next Great Generation”, de los americanos Neil Howe and Bill Strauss, un libro publicado en el año 2000, que estudia a fondo el fenómeno social de esta generación de jóvenes menores de 30 años.
Pero a título preliminar, quiero iniciar este post recordando que decrolydigital ha publicado multitud de escritos sobre la nueva realidad que representan los jóvenes que habitan nuestras aulas. A modo de ejemplo, Nativos digitales, de Rodrigo González, publicado el pasado 7 de marzo, nos situó en la realidad que define el perfil de esta generación. En ese post, Rodrigo describe las características que concretan y diferencian a estos jóvenes, agrupados en las denominadas Generación Y, aquellos nacidos entre 1985 y 1994 y Generación Z, quienes nacieron a partir de 1995. Hoy a unos y otros se ha dado en denominar millennials, Generación del Milenio, un apelativo acuñado por los precitados Howe y Strauss.
Los estudiantes que pueblan las aulas de los centros educativos hoy, desde las edades más tempranas en la etapa de Educación Infantil pasando por las enseñanzas de Educación Primaria y Secundaria, así como de Bachillerato, Formación Profesional y estudios universitarios, son todos nativos del lenguaje digital de los smartphones, ordenadores, videojuegos, redes sociales e internet. Este colectivo ha sido “etiquetado” con múltiples apelativos, como Generación Y, Generación Z, Net Generation, Generación Internet, Cyber Generation y Generación Conectada, entre otros. Una de las acepciones más generalizadas es la de Nativos Digitales. Sin embargo, millennials, Generación del Milenio, se consolida visto el resultado de una macroencuesta realizada por bbc.com entre jóvenes de esta horquilla de edad, cuestionando un apelativo para denominar a esta generación. Allí surgió la palabra millennials, la Generación del Milenio, como opción mayoritaria propuesta por los encuestados.
Estos jóvenes nacidos en las postrimerías del siglo XX –a partir de la década de los ’80- y en los prolegómenos del XXI no se parecen en nada a la generación de sus padres, por ejemplo. Se trata de jóvenes, adolescentes y niños que, en su conjunto, poseen unas características y personalidad propias identificadas por una serie de rasgos hasta ahora impropios de ciudadanos de otras generaciones comprendidas en esa horquilla de edad.
Tengamos presente que, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, en España existe una población aproximada de OCHO millones de personas calificables como millennials, estimándose en más de 1.700 millones en todo el mundo. Recordando un chiste relacionado con la Reina de Inglaterra –inapropiado en este contexto- deslizo una frase que aglutina un importante mensaje a tener en cuenta: ¡considerando la suma…!
Algunos de los apelativos que les definen han impactado en las relaciones personales, familiares y sociales en sus distintos ámbitos: los amigos, la familia, la escuela o el mundo empresarial. Por ello, en esos entornos, se han transgredido hábitos, costumbres y fórmulas tradicionales para dar paso a otras maneras de vivir y de actuar que requieren un análisis muy serio. No es arriesgado afirmar que es preciso integrar los “viejos” comportamientos, prácticas y tradiciones de los “inmigrantes digitales” en el entorno en el que se mueve este colectivo que representa la Generación del Milenio.
Es evidente que la Generación del Milenio ha vivido en una época de bonanza económica, hasta el estallido de la crisis hace unos pocos años que obligó a cambiar algunos hábitos a propios y extraños. Los Millennials han nacido y crecido en una de las épocas más fructíferas del denominado Estado del Bienestar, en la que las familias desfrutaban de empleos estables, hogares cómodos y capacidad económica para proporcionar a sus hijos una buena educación. En esas condiciones y ambiente se ha forjado un perfil que algunos autores definen con adjetivos muy significativos, quizá poco deseables: impacientes, malcriados, egocéntricos. Pero también se les otorga otros apelativos muy realistas que comparto como es el hecho de estar permanentemente conectados, consumiendo y empleando los medios más variopintos de comunicación, como es el caso de la TV, radio, teléfono móvil, videojuegos,… frecuentemente, a la vez.
La Generación del Milenio es la más preparada de la historia de España, si nos circunscribimos a nuestro país. Si,… pero también es la que alcanza las mayores cotas de paro jamás conocida. Según distintas fuentes consultadas, de los 5.778.100 de parados que hay en España 970.200, corresponden a jóvenes menores de los 25 años. En base a esta cruda realidad, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que nos encontramos en un período en el que la brusquedad de la transición de una existencia acomodada a la realidad que nos ocupa hoy genera traumas y dramas que provocan una reedición del fenómeno de la emigración que protagonizaron nuestros padres y abuelos, en los años ´60 del siglo pasado.
En este escenario cobra un protagonismo relevante la educación y la formación. La adaptación a los tiempos que corren es una imperiosa necesidad que se debe generalizar en todos los centros y niveles educativos. No podemos obviar que esta generación será protagonista de una de las etapas de la historia de la humanidad en la que se producirán cambios sociales, tecnológicos y culturales sin parangón. En este escenario, el sistema educativo debe protagonizar un papel esencial y Decroly juega sus bazas para desempeñar esa misión con profesionalidad y eficiencia, en paralelo con el desarrollo y evolución de la sociedad de Cantabria.