El pasado 17 de Abril publiqué aquí mismo un artículo titulado : Unión Europea : Malvados o gilipollas.
Publicado también en mis cuentas de Facebook y Twitter mereció diversos comentarios de los lectores. Un apreciado amigo al que profeso respeto intelectual me envió vía waasapp el siguiente comentario : «Te recuerdo que también las hay simultáneos : malvados y gilipollas».
Evidentemente tenía razón, solo hay que ver cómo evolucionan los acontecimientos en el seno de la UE y las decisiones que año tras año se están adoptando.
La Unión Europea últimamente más ocupada en prohibiciones y regulaciones que en promover alternativas viables se está sometiendo a la Agenda 2030 que avanza con el empuje de los burócratas que imponen su visión unilateral, la última … perseguir las normas de comercialización para los productos agroalimentarios, sin importarles la restricción de oferta y el aumento de precios que supondrá para los consumidores a causa de los planteamientos intervencionistas que de ella se desprenden, mientras los burócratas y aparatichs permanecen atornillados a la poltrona.
Aunque la percepción ciudadana europea por la lejanía bruselense no está tan hastiada como la indígena ante los escándalos de corrupción, no solo económica, sino también a los propios valores de la UE ante los ofrecimientos de otros países y la pérdida de respeto institucional que provocan unas instituciones comunitarias con su dejadez ante el escándalo de eurodiputados presuntamente corrompidos por Marruecos y Qatar se han limitado, muy pomposamente eso si, al anuncio de una investigación que no se conoce conclusión alguna ni medida adoptada. Que consideración tendrán a una organización política que es espiada sin consecuencias por las ejemplares democracias de marroquíes y cataríes …?
Además está planeando sobre el territorio de la Unión un persistente invierno demográfico con España e Italia a la cabeza de esta temible estadística, por debajo de las tasa de reposición, empujando el envejecimiento que hace dependientes a las sociedades. La tormenta perfecta demográfica se complementa con la política de inmigración, o la ausencia de ella, con los problemas de cada país, sus decisiones autóctonas y las distintas fronteras, que hace inexplicable la ausencia de una política migratoria coordinada con la fuerza de la Unión.
Al contrario que con el espionaje, la corrupción generada por otros países o por el declive demográfico, donde las instituciones comunitarias si han estado ágiles para meter mano son las criptomonedas, disfrazando su control del empalagoso buenísmo ese de la protección y garantías de la gente. Se trata de establecer controles para evitar que se les escape una parcela de libertad individual sin pagar los impuestos que se les ocurran. Se trata de eso, del control y de la pasta, sobre todo cuando en estos momentos los inversores españoles en criptos triplican a los que se deciden por el oro. Demasiado dinero en juego…
Es desolador ver como la mayor operación política de la historia, junto la fundación de los USA, casi setenta años después de su creación se encuentra en una situación depresiva con decisiones políticas tan erróneas como perjudiciales para la pervivencia de la propia Unión, empeñada en un camino de servidumbre que desvirtuará aquel hermoso proyecto político de libertad y derechos humanos.