Carta abierta a un joven liberal

Lo hago de manera periódica, recordar a Joaquín Garrigues Walker y volver a su último escrito : «Carta abierta a un joven liberal», que envió poco antes de su muerte a un reducido grupo de liberales.

Joaquín Garrigues Walker nació en Madrid en 1933, fue una importantísima figura política en el periodo de la transición, Ministro en los Gobiernos de Adolfo Suarez y líder de los liberales de U.C.D.  Falleció el 28 de Julio de 1980, con el desaparecía una figura capaz de llevar el panorama político español por otros derroteros.

Hoy pensando en lo que pudo ser y no ha sido, publico un extracto de esa carta que lleva todos estos años encima de mi mesa en los diferentes despachos por los que he transitado. Para que no se me olvide.

                          Extracto de » Carta abierta a un joven liberal»  

» No te pases los días mirando expectante a los poderes públicos para que te resuelvan los problemas. Hazte la vida por ti mismo y, si te es posible, vive la margen del Estado, de sus funcionarios y de todo el boato y esplendor que les acompaña. En este País todo es política porque hemos convertido al Estado en un becerro de oro al que adoramos con ,fervor. Si tú y tus amigos os podéis liberar de ese culto profano iniciaréis un camino hacia no se sabe dónde pues ya sabes que las libertades con minúscula, las libertades para vivir, abren  los caminos pero no cierran los destinos. Y debes saber también que esas libertades están siempre amenazadas por el Estado, de derechas o de izquierdas pues, te digan lo que te digan, los hombres y mujeres que lo rigen quieren ordenarnos, organizarnos, reducirnos. No te engañes; si algún día llegan las izquierdas la poder harán lo mismo que las derechas, en el mejor de los casos, ya que os hombres públicos, todos sin excepciones, aspiran a que sirvamos de conejos de india para sus experimentos y proyectos.

Esta idolatría del Estado es universal, más entre nosotros ha alcanzado las más altas cotas y ahora con la democracia no llueve sobre mojado. Los «líderes» pretenden construirnos un nuevo modelo de sociedad para que vivamos contentos, satisfechos y programados. Defiéndete si puedes y mándalos al carajo pues el precio de las libertades es altísimo, pero su gozo impagable.

Cuando te hagas mayor rechaza todos los dogmas de la vida pública y ponlos en tela de juicio que, por poco que tengas, te llevará a la conclusión de que ningún revolucionario importante, desde Jesucristo hacia atrás o hacia delante, gastó su tiempo inventando corsés para la gente. Eso lo hicieron otros, los que necesitan mitos para organizarse su vida a costa de la nuestra, los que programan el aburrimiento y organizan los festivales de las canciones del orden».

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