Nada nuevo bajo el sol, el tonto siempre ha existido, desde el inicio de la humanidad, la diferencia con el pasado es que al tonto ahora le tenemos documentado.
El paso del tiempo nos ha permitido segmentar a la grey tontuna. Antes no pasábamos de un tonto, así en genérico, como mucho podía hablarse de los tontos esféricos, pero no había más segmentación. Ante esta situación las relaciones humanas se vieron en la necesidad de entrar en un mayor número de definiciones, que producto del empirismo la sociedad ha concretado en una lista no exhaustiva, ya que esta conforme evoluciona la sociedad se encuentra abierta a nuevos especímenes de tonto.
En esta taxonomía han tenido mucho que ver as nuevas tecnologías que facilitando la exposición pública del tonto han permitido su clasificación.
Como decía al principio, partiendo del tonto y del tonto esférico, quién no recuerda al tonto del colegio, quién no tiene en la memoria al tonto de la mili ( los que la hicieron ), en el trabajo, aquí no confundir con el pelota, en la vida social… en todas partes.
Siempre han acompañado nuestra existencia, no son nuevos por estos lares, lo diferente es la capacidad para exponer públicamente sus tonterías cuando antes era únicamente su entorno o los que ocasionalmente podían relacionarse. Ahora las cosa han cambiado, los medios, las facilidades que permiten las TiC hacen que parezcan más, cuando en realidad es la definición de Mc Luhan la que está vigente.
Con las TiC el tonto además de ver ampliadas sus melonadas se crece, da igual que parezca un dependiente de la sección de corsetería de Galerías Preciados o Químico, el tonto no es consecuencia de una profesión concreta o de un lugar de procedencia.
Son los nuevos medios los que al aumentar el eco de sus melonadas nos ha permitido esta labor de clasificación del género tontuno.
Así dando comienzo esta clasificación, que no deja de ser una inicial aproximación, tenemos al tonto político, tan de actualidad en Cantabria, los tontos socio-conscientes, los tontos meapilas, los buenistas o los tontos pedantes, cuyos subgrupos podemos incluir también en el segmento de tontos esféricos.
Estos que acabamos de indicar no son los únicos pero si los primigenios, los tontos fundadores. Los nuevos tiempos han aflorado a los tontos medioambientalistas, los tontos animalistas o los antinucleares, que les importa una berza la dependencia energética de España, todos ellos con aspiraciones de «influencers», reproduciéndose como cernícalos lagartijeros con un elemento en común: Les gusta prohibir.
Eso si, todas sus prohibiciones llevan aparejados más impuestos para la gente, más decirles como debe ser su vida y más gasto público.
Aparte de estos especímenes que acabamos de ver, los tontos por excelencia, absolutos esféricos son los «Políticamente correctos». Los de «ellos y ellas», los de «todas las ideas son respetables», los que colocan en planos de igualdad a víctimas y verdugos, los de » hay que entenderles es su cultura», es decir los que al modo del Gran Cerdo Albino orwelliano tratan de imponer su líquido pensamiento. Como ellos ninguno ¡¡¡
Estos son, aunque la próxima vez les hablaré de los últimos modelos que están abriéndose espacio en el escaparate de los tontos, son los storytelling, es decir los fabricantes de historias.
La estupidez , síntoma principal del tonto , se ha convertido en una enfermedad altamente contagiosa. Hoy , aparecen tontos a todas horas , en cualquier momento. Muchos contagiados por otros y muchos más de nacimiento. Es una enfermedad de fácil diagnóstico , para quienes no están ya infectados. Y no tiene reído. A un tonto hay que dejarle como tal, el pobre ya tiene suficiente con ello, pero hay que apartarse de él como del demonio, porque aunque no te contagie pueden confundirte con el. Por eso son peligrosos. El gran problema es que la única vacuna para no ser tonto , consiste en pensar ….y esto es algo incapaz de hacer quien genéticamente o ya contagiado, hace un tonto de capirote.