La democracia son leyes e instituciones, hace falta que estas sean creíbles, con prestigio. Si como Nación entendemos el papel que las mismas tienen en la configuración de una democracia con calidad debemos respetarlas, si se ganan ese respeto.
Esto que parece obvio no lo es tanto si vemos como desde 1983 los gobiernos de cada momento han utilizado, muchas veces de forma grosera, las instituciones como botín de guerra, en donde la irrupción de los conmilitones de cada partido provoca en multitud de casos su debilidad.
En 1963 durante la dictadura se crea en España el Instituto de la Opinión Pública, sobre cuyas bases UCD funda en democracia, año 1977, el Centro de Investigaciones Sociológicas y nombró a su primer Presidente : Juan Díez Nicolás. Con posterioridad todos los gobiernos han utilizado la prerrogativa de nombrar al presidente del CIS y tanto Felipe Glez. que nombró entre otros a Julián Santamaría, como José Mª Aznar a Pilar del Castillo, todos han transitado a lo largo de cuarenta y un años sin menoscabar la institución.
Ha sido alcanzar el Gobierno Sánchez e iniciarse una frenética carrera para adueñarse de las instituciones, carrera en la que el CIS no ha estado al margen acabando en las manos del Secretario de Estudios y programas del PSOE José Félix Tezanos socialista modelo Botejara que practica convencido aquello de : Con el Partido todo, fuera del Partido nada.
Llegar Tezanos y empezar el CIS a disparar datos sorprendentes ha sido automático, así empieza a otorgar a su partido, el PSOE, porcentajes de intención de voto muy favorables en un cortísimo periodo de tiempo, tan corto que ha producido dudas en grupos interesados, la sorpresa en medios de comunicación e hilaridad entre el común.
El último estudio conocido de la égida «Tezanista» en el CIS muestra un aumento de quince puntos porcentuales del bloque izquierdista que capitanea el PSOE, dato sorprendente no solo por el corto espacio temporal en que se ha producido, sino también por otros que observados con detenimiento no dejan de aventurar algún tipo de incongruencia.
En este estudio se ha preguntado, entre otras cosas, por la valoración de los miembros del Gobierno, todos descienden, todos ¡¡¡ sin excepción. Así vemos como la Ministra Portavoz la Sra. Celaá pierde el 0,86. La Ministra Delgado prácticamente un punto porcentual, Duque un 0,85 o Calviño el 0,76, descensos notables en la valoración individual de todos los miembros del Gobierno, excepto … si ¡¡¡ el Dtor. Sánchez.
Continuando con los datos que aparecen en el citado Estudio, vemos como los que creen que la situación política es mala superan el setenta y tres por ciento, diez puntos más que en el Estudio anterior, mientras que los que entienden que la situación económica es también mala superan el cincuenta y cinco por ciento, al mismo tiempo que la opinión en términos negativos sobre la gestión del Gobierno aumenta en cinco puntos porcentuales.
Todo muy extraño, baja en valoración el Gobierno, desciende también la de los Ministros, en cuanto a la situación política el Mala y Muy Mala aumenta, mientras que la económica tampoco merece mejor opinión para los encuestados.
Sin embargo a pesar de ello el bloque del Partido de Gobierno aumenta en quince puntos.
Acabar con la reputación de una Institución es muy sencillo, basta que el Secretario de Estudios y Programas de la Ejecutiva Federal del PSOE se ponga al frente y la utilice para hacer campaña electoral a su Jefe con el dinero de los contribuyentes.