La evidencia histórica es tan contundente como la torpeza humana tratando de enmendar lo verificado hasta la saciedad : Pretender gobernar por interposición es tan estúpido como alentar asonadas populistas con pretensiones de ulterior control.
Ejemplos de lo dicho hemos tenido suficientes en los últimos años, en donde al calor de la situación los movimientos callejeros de extrema izquierda camparon por las calles de España contempladas con bobalicona sonrisa por la izquierda institucional que manifestaba públicamente «su comprensión» con los justos indignados , amparando , cuando no alentando los acosos o la algarada , propiciando una cierta sensación de impunidad de la violencia , creyendo que así desgastaban al Gobierno y que como ellos «son los progres» controlarían posteriormente tales movimientos para cobrarse los réditos.
Han sido las Elecciones Europeas las que les han situado en la realidad, siendo tal el sopapo que se ha llevado esta izquierda institucional que aún no se han repuesto y continúa como púgil groggy en busca de su esquina, prisioneros de una crisis ideológica aún no resuelta con propuestas viejas que generan miseria y desempleo.
Este sartenazo además evidencia que la izquierda institucional ha tenido muy poca profundidad en el análisis de situaciones , situaciones que ya se han producido en España, en donde pretendidos controladores de radicales han acabado colgados de la brocha.
Parece que estos finos analistas y mejores estrategas habían llegado al convencimiento que a ellos no les ocurriría lo que al PNV, que protegiendo a la bestia creyeron que recogerían las nueces, pero hoy la bestia gobierna Guipúzcoa … situación en la que CiU está repitiendo error alimentando a ERC o la CUP.
Mientras tanto la izquierda institucional sigue creyendo que son los más listos y los únicos capaces de tener en su seno a la extrema izquierda, sin pensar que cuando consientes al monstruo no solo no le controlas , sino que crece hasta que acaba devorando a sus consentidores.
¿Conoce alguien un ejemplo de revolución donde los extremos no hayan devorado al centro?
Hay un proporción matemática entre la apertura de las bocas que piden la independencia y el quebranto económico de una autonomía. Mientras tanto, la izquierda que no puede tomar el poder con los votos recurre a intentar ganar en la calle lo que no ganó en las urnas. Aprovechando, claro está la debilidad del poder. No siempre la mano de Dios actúa, escribiendo lo que va a suceder en una pared, para recordar a los humanos lo pasajero de su poder.