Se acaban de celebrar las Elecciones Generales en España dando como resultado un escenario complejo que requiere decisiones con coraje político.
La situación en España tiene la suficiente maraña y anuncia dificultades tales que se puede exigir tanto a PSOE como a PP que piensen en el futuro que ya es presente de la Nación y dejen aparcada en esta ocasión la visceral aversión que se profesan mutuamente.
De los 350 Diputados del Congreso, el PSOE con 120 y el PP con otros 88 alcanzan más del 59 % del total, número más que suficiente para formar un Gobierno de Concentración y afrontar la situación actual bajo principios de certidumbre, estabilidad política y seguridad jurídica.
Háganse a la idea, no se pongan nerviosos ni apelen al honor, la realidad es la que es y España lo necesita, aunque no les guste, cualquier otra opción o coalición de gobierno será peor. Con Podemos directos al descalabro económico en momentos particularmente delicados además de introducir a enemigos de la democracia en los entresijos de un Estado al que quieren destruir, con los nacionalistas desguace de España, por lo tanto no se trata de que hagan lo que les gusta, sino lo que deben.
No es fácil, desde luego, pero aparquen sus diferencias, hagan un listado de ellas y métanlas en un cajón bajo siete llaves hasta las próximas elecciones y analicen las necesidades inmediatas, empezando por ofrecer a los españoles, también a los extranjeros, estabilidad, confianza y seguridad jurídica, haciendo de España un País en donde los partidos gamberros no sean los que marcan la agenda política e institucional.
Afronten una solución política para solventar el problema de Cataluña, dejando claro que el orden constitucional prevalece y también pónganse a trabajar adelantándose a los próximos conflictos político / territoriales que se producirán en el País Vasco y Navarra.
España no es una isla, forma parte de la Unión Europea, una UE que ha enviado recientemente un memorándum alertando sobre el incumplimiento de las reglas sobre deuda, denunciando además un crecimiento del gasto primario que multiplica por cuatro la recomendación máxima de Bruselas, que unido a la salida del Reino Unido de la UE hará que nuestras relaciones exteriores sean asunto vital, una política exterior que hace sea imprescindible una política de País, si tenemos presente que además de los señalados estamos en medio de las guerras comerciales, el proteccionismo y los aranceles que tanto China como USA han desatado y que nos afectan de forma directa.
Internamente no se puede obviar una desaceleración galopante que precisa respuesta, nos encontramos en un contesto complicado con señales que apuntan a un frenazo más intenso que lo visto en los últimos meses, con los principales indicadores en pronunciada caída y en donde el sistema de pensiones no es asunto menor como para mantener en el limbo, cuando no causa de enfrentamiento continuo.
Además de todo esto es necesario dignificar los diferentes organismo del Estado, desde el Tribunal de Cuentas a la Comisión Nacional de la Energía, pasando por el Instituto Nacional de Estadística, el CIS o Correos, hace falta que se pongan de acuerdo para nombrar profesionales competentes, con trayectoria y prestigio aunque no pertenezcan a sus Partidos y al mismo tiempo acaben con la insoportable situación de los medios de comunicación de titularidad estatal, que ya está bien de unos medios dedicados a la propaganda con el dinero de los contribuyentes, que cuesta mucho ganarlo para que se destine a clientelismo u ocurrencias.
No se trata de que elijan entre lo bueno o lo mejor para sus intereses partidistas, tienen la obligación de evitar lo peor. Aparquen por lo tanto sus diferencias, a muchos nos da igual el asquito que se tengan, hagan frente a la situación y adopten medidas para solucionar los problemas.